Expertos en seguridad así lo afirman. Aseguran que la medida no previene robos.

El robo de objetos de bronce en varias tumbas, la destrucción de lápidas, adornos, jardineras y otras áreas del Cementerio General de Guayaquil llevaron a los directivos de esta entidad a implementar un plan de seguridad en sus instalaciones.

La primera medida fue solicitar desde hace quince días la cédula de identidad a quienes ingresan por las seis puertas habilitadas del camposanto. Los visitantes, sorprendidos, rechazaron y otros elogiaron la disposición.

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Reynaldo Navarrete, administrador del camposanto, explicó que esta medida se tomó porque había personas que causaban muchos desmanes y daños. “Caminaban y dañaban las flores, los jardines, maceteros, pintaban grafitos en las tumbas”, sostuvo.

Un pintor (no se identificó) que desde hace ocho años arregla las lápidas del cementerio considera que en lugar de pedir la cédula en las puertas el control debería efectuarse en la zona del cerro, porque desde allí bajan los delincuentes.

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Comentó que la medida se dispuso a partir del robo de piezas de bronce en tumbas de la puerta 9, hace más de quince días. Un directivo del camposanto aclaró que el atraco ocurrió en bóvedas de la puerta 12.
“Fue en la mañana. Se llamó al patrullero y se hizo la denuncia en la Policía Judicial”, agregó el funcionario.

No obstante, dos expertos en seguridad consideran que solicitar la cédula o algún otro documento de identificación no garantiza la seguridad de las tumbas del cementerio o de quienes acuden a este.

El israelí Daniel Adler indicó que es una “medida errónea”, puesto que la falsificación de cédula y de identidades es muy común y no por una cédula se va a detectar quién puede robar o no en el cementerio.

“Hay muchas otras técnicas económicas que se pueden implementar como identificación ocular o por medio de huellas digitales, o implementación de manuales de ingreso y egreso de visitantes, sin tener que molestar al usuario”, dijo.

De todas formas, Adler ve la disposición como un intento de control, “pero pedir la cédula no garantiza que concuerde la identidad de una persona con ese documento”, reiteró.

Franklin Gallegos, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral e Investigación (Anesi), cree que pedir la cédula no es una medida de seguridad.

Dijo que dentro del cementerio deberían instalar un circuito cerrado de televisión y guardias que ronden adentro para evitar robos y otros desmanes.

Aunque no reveló detalles ni el costo de la inversión, Huerta aseguró que el plan de seguridad del cementerio va más allá de llevar un registro de quienes ingresan. “Ya tenemos detectores de metales y suficientes guardias propios y de una compañía privada”, aseveró.

Sospechosos
Los celadores del cementerio  solicitan la cédula a personas sospechosas.

Extensión
El cementerio tiene una extensión de 29,7 hectáreas: 14,7 en el sector de bóvedas construidas y 15 en el de sepulturas en el cerro.

Opiniones

Elvis Carrasco
Obrero

“Este cementerio es público y general. No estamos en cementerio de ricos para que al pueblo nos restrinjan la entrada para visitar a nuestros muertos”.

Narcisa Rosero
Ama de casa

“Me parece bien la  medida adoptada de solicitar la cédula a todos los que venimos al cementerio. Esta es una manera de prevenir   robos”.

María Abril
Comerciante

“Cuando los pandilleros vienen a sepultar a uno de sus integrantes esos muchachos comienzan a robar a todo el que se les cruza”.