Se esperaba la presencia de ‘Largote’ durante un recorrido efectuado por un funcionario de Fundación Natura y un equipo de este Diario por la reserva de producción de fauna Manglares de El Salado, ubicada en la vía a la costa, al sur de Puerto Azul y al oeste del suburbio de Guayaquil.

Pasaron tres y cuatro horas. Pero ‘Largote’, una especie de cocodrilo de tres metros de longitud, en peligro de extinción, no apareció. De hecho, es muy difícil encontrar a los únicos cuatro cocodrilos que habitan en forma silvestre en las 5.309 hectáreas que comprende esta reserva.

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La riqueza de la flora y la fauna de  este sitio contrasta con los problemas ambientales que se presentan frente a la ciudadela Puertas del Sol y en un tramo de la urbanización Puerto Azul, sectores que también forman parte de este paraíso natural.

En un informe elaborado por Fundación Natura en mayo del 2005, en la zona se registró contaminación hídrica producto de afluentes industriales y aguas servidas domésticas, captura incidental por pesquería (hoy controlada), deforestación de manglar por crecimiento urbanístico, entre otros.

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De  ese tiempo, hasta hoy, los problemas no han variado mucho, pese a que la reserva de producción de fauna Manglares de El Salado es un área protegida que  estará delimitada con 850 hitos (hay 520 hasta ahora).

“Las afectaciones se presentan en la zona terminal del estero Plano Seco (zona de ocurrencia del cocodrilo) frente a la ciudadela Puertas del Sol, al sur de la estación de gas El Salitral”, afirma el biólogo Raúl Carvajal, de Fundación Natura. Aquí hay descargas de aguas de las plantas termoeléctricas que impedirían la reproducción de moluscos y crustáceos que se observan en los primeros tramos de la reserva.

En estas zonas hay temperaturas que sobrepasan los 35 grados centígrados (máximo permitido). “Bajo estas condiciones es difícil la reproducción de crustáceos”, sostiene Carvajal.

Hoy, en el Día Internacional de los Parques Nacionales, la conservación de  estas y otras áreas protegidas del país, cobran importancia, dada su riqueza animal y vegetal.

Esta reserva forma parte de una de las 35 áreas protegidas del país desde el 22 de enero del 2003, cuando obtuvo esa categoría tras la firma de un acuerdo ministerial. Considerando esto el Municipio suscribió un acuerdo con Fundación Natura, para el proceso de señalamiento de los límites del  área.

Según el director de Medio Ambiente de la Municipalidad de Guayaquil, Mauricio Velásquez, algunas de las empresas que descargan sus aguas en la zona de la reserva de producción faunística, entre ellas, la Categ y Electroguayas, recibieron sanciones como multas que bordean los $ 1.000. Pero el problemas igual sigue.

En cuanto a la descarga de aguas  servidas en la cooperativa Puertas del Sol, personal de Interagua informó que se está elaborando un proyecto para la instalación de un sistema de tratamiento de aguas residuales en ese sector, en Puerto Azul y otras urbanizaciones.

Actualmente Fundación Natura y el Ministerio del Ambiente verifican los límites de la reserva para hacer ciertas correcciones. También trabajan en un plan de manejo y conservación con la Municipalidad.