La sangre hallada en la habitación donde dormía Madeleine McCann la noche del 3 de mayo, cuando esta niña británica de cuatro años desapareció de Praia da Luz (sur de Portugal), no es de la pequeña, publicó este jueves el diario inglés The Times.
El laboratorio de medicina forense de Birmingham (centro-oeste de Gran Bretaña), donde se analiza la sangre encontrada en Portugal, se declaró "sorprendido" por el artículo, afirmando que los análisis aún están en curso.
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"Los análisis no terminaron. No podemos hacer comentarios pero estamos sorprendidos por el artículo de The Times", declaró a la AFP una portavoz del laboratorio.
Una fuente cercana al caso señaló que los análisis no aportaron por el momento ninguna conclusión.
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La policía judicial portuguesa, responsable de la investigación, tampoco recibió los resultados de los análisis, ni incluso los preliminares, afirmó uno de sus portavoces.
The Times cita un informe de cuatro páginas según el cual, la sangre hallada pertenecería a un hombre del "noreste europeo".
Esta conclusión, sin embargo, sólo tendría una certeza de 72% por el mal estado de la muestra, precisó el periódico.
La policía portuguesa encontró, sirviéndose de perros especializados llegados a suelo luso desde Gran Bretaña, huellas de sangre en uno de los muros y en la barra de las cortinas de la habitación de donde desapareció la pequeña "Maddie".
Preguntado sobre por qué la policía encontró esa sangre sólo tres meses después de la desaparición de la niña, el inspector portugués Olegario Sousa explicó el sábado que no se había dispuesto de los medios necesarios para detectar "esos vestigios biológicos invisibles al ojo humano".
Asimismo, y por primera vez desde la desaparición de la niña, Sousa planteó oficialmente la hipótesis de la muerte de "Maddie".
Pero, por el contrario, un portavoz de la fiscalía portuguesa desmintió las afirmaciones de la prensa británica según la cual los investigadores están convencidos de que la niña está muerta.
"Maddie" desapareció hace 105 días de un hotel de Praia da Luz mientras dormía junto con sus dos hermanos gemelos de dos años y sus padres cenaban con unos amigos en un restaurante a unos 50 metros del lugar.