Hace un mes tuve el gusto de saber que habías nacido.  Me lo contó el columnista Palacio, de EL UNIVERSO. Suerte que no es médico; como eras muchísimo más chiquita que ahora, te hubiera podido matar con una pastillita que se llama “del día después”, que le dan a niñas –de la edad de tu mami– después de que “juegan” y así nunca se ven los resultados que habría, y pueden seguir “jugando”.

Vienes a un mundo con muchos factores en contra. Hubiese sido mejor que tuvieses padre y buena atención de salud y educación. No ha sido así; sin embargo, hay muchísimas posibilidades de que tu vida sea feliz. Conozco personas cuyas vidas han sido mucho mejor de lo que se esperaba, y muchísimas otras que, contando con todos los medios para ser felices, las han desperdiciado. Cuentas con el amor de tu madre, eso es bastante, porque dudo que con tanta información del “juego”, no haya sabido de pastilla o hacerse otro aborto más grande.

Recuerda siempre que por ser persona tienes derechos que nadie te puede quitar, so pretexto de que tu mamá es pobre o casi una niña. Si no comenzamos por proteger el derecho a la vida, los demás derechos serán pisoteados. Espero que cuando seas señorita, ya la sexualidad no sea un “juego” (algo que muchos  de la sociedad tienen cuentas que rendir); hayas recibido verdadera educación sexual y no  información de tu sistema reproductor y cómo evitar consecuencias de “juegos”; formes una familia con un hombre que no te deje ni a tus hijos, pues  no habrán sido fruto de un “juego”  sino amorosamente procreados; y   te rodeen personas optimistas, porque para los pesimistas siempre será mejor no haber nacido.

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Fabiola Ortega de Coronel,
Guayaquil

El aborto es un crimen, la víctima no puede defenderse. Es un atentado al principal derecho humano: el derecho a vivir. Es intolerable que industrias farmacéuticas quieran cambiar la legislación contra el aborto.

Antonio Páez,
Guayaquil