Decenas de familiares y amigos rodeados de unas 500 personas entre religiosos, representantes de las autoridades locales y vecinos de la región, constató la AFP, acudieron al homenaje en un bosque de Karelia (norte).
El acto se celebró en un lugar llamado Sandormokh, donde 7.000 personas fueron enterradas en fosas comunes en la década de los 30.
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Este Día del Recuerdo lo organiza cada año la organización rusa de defensa de los derechos humanos Memorial, que tras una búsqueda intensa encontró la fosa de Sandormokh en 1997 cerca de la ciudad de Medvejegorsk, donde hubo un campo de prisioneros en los años 30.
El 5 de agosto de 1937 entró en vigor el "prikaz 00447", un decreto firmado por el jefe de la policía secreta (NKVD), Nikolai Ejov, que ordena reprimir a los "elementos antisoviéticos y socialmente peligrosos" y marca el comienzo de las grandes purgas.
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"No podemos olvidar que esto terrible ocurrió o el mal engendrará el mal", declaró Lisa Delybach, cuya madre fue ejecutada en una fosa común de Sandormokh en noviembre de 1937.
"Las ejecuciones tenían que llevarse a cabo en un lugar apartado para que no llamasen la atención de los habitantes locales; este era un lugar secreto", explicó Tatiana Voronina, investigadora de Memorial.
Hoy, el lugar de la masacre en medio de un pinar está señalado por centenas de cruces y las fosas comunes están decoradas con flores.
En San Petersburgo estaba prevista igualmente una marcha en memoria de los asesinados en las purgas estalinistas desde la Iglesia de la Santa Trinidad hasta el centro de detención preventiva de Kresty.
Además, el pasado 25 de julio se hizo bajar por el río una cruz de cedro de 12,5m de alto y 7,6m de ancho desde el monasterio de Solovki, archipiélago del Mar del Norte considerado la cuna del Gulag.
El objetivo es que la cruz viaje por las aguas en dirección al polígono de Butovo (sur de Moscú), donde entre agosto de 1937 y octubre de 1938 se fusiló a 20.765 personas, según el patriarcado.
"De esta forma habrá un lazo simbólico entre Butovo y Solovki, dos escenarios del calvario ruso", explicó la fundación Andreevski Flag, cercana a la iglesia y coorganizadora del "camino de la cruz".
No obstante, los medios rusos no han prestado mucha atención a esta fecha y, según los parientes de las víctimas y los miembros de Memorial, las autoridades rusas se han mostrado algo reticentes a la conmemoración.
"El nuevo régimen quiere hablar de héroes, no de víctimas; prefiere acordarse de la victoria de la Segunda Guerra Mundial", consideró Voronina.
Las investigaciones sobre este periodo de la historia soviética experimentaron un gran impulso hasta el fin de la década de los 80, pero la llegada al poder del presidente Putin ha hecho más difícil el acceso a los archivos, según Memorial.
El pasado julio, familiares de las víctimas del estalinismo se manifestaron ante la sede de la ex KGB (agencia de inteligencia rusa) en Moscú para pedir mejores jubilaciones y compensaciones por las purgas.
Las autoridades rusas han tratado últimamente de dedicar atención a esta página negra de su historia.
En junio, el presidente Putin acudió al domicilio del ex disidente y premio Nobel de Literatura, Alexandr Solzhenitsin, autor de obras sobre la realidad de los campos de concentración soviéticos, y lo condecoró con el Premio Nacional.
En el 2006 se difundió la adaptación para la televisión de su novela, El primer círculo y este año se ha televisado una adaptación de los Relatos de Kolimá, de Varlam Chalamov.