El accidente ocurrió cuando un Airbus 320 de TAM TAMM4.SA se despistó en el aeropuerto de Congonhas, de la ciudad de Sao Paulo, y luego se estrelló contra un edificio de la propia compañía. Al menos 199 personas murieron.
Los abogados Steven Marks y Ricardo Martinez-Cid, quienes representan a la familia del peruano Ricardo Tazoe, dijeron en un comunicado que iniciaron la acción judicial en un tribunal del estado de Florida.
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Tazoe, quien tenía 35 años, también poseía ciudadanía estadounidense y vivía en Miami.
"A partir de las pruebas recogidas hasta aquí, está claro que TAM sabía que había problemas con la aeronave", dijo Marks en el comunicado.
"El reversor del motor derecho estaba desactivado antes del vuelo (...) y, si hubiese estado operante, podría haber evitado el accidente", agregó.
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TAM ha reconocido que el reversor, que invierte la dirección de los gases de las turbinas y ayuda a frenar el avión, estaba bloqueado, pero afirmó que el hecho no afectaba la operación de la aeronave.
Según el comunicado de los abogados, TAM será procesada por negligencia de su equipo de pilotos y de mantenimiento. La fabricante del avión, Airbus, también está entre las partes acusadas.
Marks y Martinez-Cid representan también a familias de víctimas del accidente de un avión Boeing 737-800 de la aerolínea brasileña Gol GOLL4.SA, que en septiembre cayó sobre la Amazonia tras chocar con un jet ejecutivo Legacy y causó 154 muertos.
La oficina de prensa de TAM dijo que todavía no fue notificada oficialmente de la acción judicial. La empresa afirmó que ya inició el proceso para indemnizar a las familias de las víctimas.
El accidente aéreo, el peor de América Latina, es objeto de investigación y se produjo en momentos en que el sistema aéreo de Brasil atraviesa una prolongada crisis, con numerosos atrasos y cancelaciones de vuelos, iniciada luego del desastre del Boeing 737-800 de Gol.
El accidente del avión de Gol desnudó una serie de problemas en el sistema aéreo de Brasil y detonó un caos del sector, que incluyó protestas de controladores aéreos, deficiencias en aeropuertos y un alto porcentaje de demoras y cancelación de vuelos.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que había prometido una solución a los problemas en reacción al nuevo accidente, sustituyó la pasada al ministro de Defensa, designando al ex titular de Justicia Nelson Jobim, a quien dio amplios poderes.
El último desastre levantó también duras críticas al Gobierno y a los organismos del sector aéreo, incluyendo algunas sobre las condiciones de la pista del aeropuerto de Congonhas, que había pasado por una reforma que todavía no había sido concluida cuando volvió a ponerse en operaciones.