Una reportera de este diario viajó un día durante 19 horas en la Metrovía.

El sistema de transporte Metrovía arribó a su primer año de funcionamiento en Guayaquil con un presupuesto anual que aún es subsidiado por el Municipio, que este año les entregó 420.000 dólares.

Según el director de la Fundación Metrovía, Federico von Buchwald,  no haber podido adjudicar los 20 locales comerciales de las terminales Río Daule y Guasmo complica su situación económica.

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En tanto que el consorcio Metroquil ha percibido 6’939.371,37  dólares del cobro de pasajes.

Del 1 de octubre del 2006 al 21 de julio de este año la Metrovía transportó a 23’622.396 usuarios, que si bien reconocen haber experimentado mejoras en este servicio creen que hay inconvenientes a la espera de soluciones.

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Tomar un bus de la Metrovía es conocer en 40 minutos el área este de Guayaquil, la más antigua, nació de ese lado para extenderse al oeste y el norte.

El distintivo de este sistema es la rapidez de su ruta de 15 km. y la puntualidad de la salida de sus buses. Características esenciales de un servicio masivo que hace un año reemplazó parte de la transportación pública, que al recorrer la misma distancia tomaba más tiempo y sin carros que vayan directo del norte al sur de la urbe y vicerversa.

En el articulado viaja parte de la ciudad a ciertas horas a toda prisa y, en otras, con calma.

Es normal ver desde las 07:00 hasta las 08:30 a los oficinistas y empleados correr apresurados por la estación Río Daule (norte) para alcanzar el bus que los lleve a tiempo a su trabajo.

Más temprano va lleno de alumnos de los catorce colegios ubicados a lo largo de la troncal uno que llega hasta la terminal Guasmo (sur), esta es la ruta que actualmente opera.

Es 20 de julio, en el articulado 0010  saluda el conductor Oswaldo Villacís: “Muy buenos días, el sistema Metrovía les da la bienvenida”. Luego anuncia el siguiente paradero.

Llega a la Base Naval Norte, allí es donde se embarcan más pasajeros en la mañana, muchos se trasladan desde Durán a trabajar en Guayaquil. El ingreso en las estaciones es algo desordenado, las personas suben y bajan al mismo tiempo sin esperar a que desembarquen los que vienen en el articulado.

La mayoría va parada, apretada pero no importa, hace frío y no molesta percibir el perfume de los recién bañados. Gran parte se baja en las estaciones del hospital Vernaza, Boca Nueve y Olmedo. Entre ellos esta Franklin Santamaría, un ambateño de 35 años que por primera vez visita Guayaquil.

Desde hace años se moviliza en una silla de ruedas, dice que aquí puede acceder al transporte público al tener espacio reservado para él. Santamaría va al centro de la ciudad a comprar mercadería para su negocio.

Transcurre la mañana y la demanda disminuye, los carros salen hasta con quince pasajeros. Cerca del mediodía, hasta las 15:00, se incrementa el número de usuarios otra vez. Son los estudiantes de colegio, trabajadores y gente que ha salido a diligencias los que retorna a sus hogares. Pese a tener capacidad para 160 personas, 37 sentados y 123 parados, parece que está Guayaquil entero.

A ratos circula tan lleno que los que viajan en la mitad del pasillo, en medio de tanta gente, no alcanzan a recibir el aire caliente que expulsan los improvisados ventiladores colocados para paliar el calor de esa hora. Los buses no tenían un sistema de ventilación aunque esta ciudad es cálida.

De pronto se percibe un olor fuerte: “Huele raro” se oye entre los usuarios, es el sudor de algunas personas que abordan en varios paraderos. Pero eso no molesta a Elsy de Arias que por primera vez usa la Metrovía como un paseo  turístico para sus familiares llegados de Estados Unidos. “Es cómodo y rápido”, asegura; “Pero hacen falta más asientos o más buses”, le replica su hija Elva Arias, quien va con su nieto en un coche, su esposo, su hija y el yerno.

Son 40 unidades las que recorren la urbe;  cuando la demanda es mucha los articulados viajan juntos, uno tras otro, sin respetar los cuatro minutos de intervalo entre bus y bus.

El trayecto hacia el sur es menos aburrido con los videos musicales que se ven en los dos monitores que tiene cada bus, administrados por Metrovisión.

También se proyectan noticias, datos curiosos y publicidad. La promoción de electrodomésticos y productos varios es lo que más se ve dentro del bus, las luces tienen adheridos stickers de almacenes de electrodomésticos, novelas de un canal local, productos comestibles y salones de eventos.

La programación incluye promoción municipal, donde se detallan obras ejecutadas por el alcalde Jaime Nebot. Quien las presenta es la concejala (PSC) Doménica Tabacci, mientras que su similar Andrea Jácome enseña el correcto uso del transporte, pero pocos usuarios son los que observan.

La política del servicio es respetar el valor del pasaje: $ 0,12 para discapacitados, tercera edad y estudiantes, el resto paga $ 0,25. Los no videntes van gratis. Esto es una ayuda para Gustavo Morales, vendedor de lotería de 34 años. “El no pagar pasaje molesta a algunos usuarios”, asegura Morales.

Explica que es fácil acceder al sistema. Igual opina Domingo Vera, de 79 años, quien se traslada en muletas y lo utiliza como terapia de recuperación. Hace tres meses tuvo un accidente que le comprometió una pierna. “El médico me dijo que ya debo asentar el pie y eso hago” refiere Vera.

Pasadas las 16:30 los oficinistas comienzan a retornar al norte y los buses se llenan otra vez hasta las 20:00. A las 21:00 los compradores del Mercado Caraguay aprovechan para llevar los mariscos que adquirieron en ese lugar inundando el bus con su característico olor.

A esa hora baja la demanda hacia el norte y se incrementa el uso del sistema hacia el sur.

Cada bus recorre a diario diez veces la ruta pasando por los 35 paraderos, más de tres mil personas se suben y bajan. Todas quieren llegar pronto  a su destino mientras los que no van en Metrovía se quedan atascados en el congestionamiento.

Cifras

23’622.396
Pasajeros.
Se movilizaron desde el 1 de octubre del 2006 al 21 de julio del 2007.

120.000
Usuarios.
Por día utilizan el sistema.

306
Vueltas.
Dan los 40 articulados en un día.

30.000
Tarjetas.
Es la cantidad circulante dentro del sistema prepago en la Metrovía.

70.420
Plásticos.
Continúan en stock pues no todos los usuarios cancelan con tarjetas.

44,34%
Multas.
Se aplican a Metroquil por falta de mantenimiento y reparaciones en los vehículos.

55,65%
Sanciones.
Son por desaseo, incumplimiento de horario y ruta, entre otras.