Con la caída del Muro de Berlín y la desaparición del bloque socialista, los ideólogos del mercado y el neoliberalismo proclamaron con absoluta certeza que había llegado “el fin de las ideologías”. Lo que hoy interesa, nos dicen, es la eficiencia, la responsabilidad, todo ello sustentado en tecnología de punta y ciencia de última generación. Si le agregamos honestidad de procedimientos, estamos cubiertos.

Sin embargo, la realidad de América Latina muestra y demuestra lo contrario: el conflicto entre modelos socioeconómicos y culturales, que se origina por profundas diferencias de concepción política, entre las fuerzas que dirigen las instancias de poder o hacen opinión pública.
Guayaquil, con el asunto del puente, es un ejemplo de lo planteado. Correa: socialismo del futuro. Nebot: economía social de mercado. En este episodio, ¿es posible encontrar la equidad? Sí. Y es obligación de todo funcionario de elección popular agotar todos los esfuerzos para procurarla. El puente Mendoza Avilés es de ‘Unidad Nacional’, no puede convertirse en un límite de frontera. Contradice abiertamente el concepto de globalización que muchos ponderan, y además erosiona al Estado como nación.

Es innegable el progreso urbano, la obra social, el reordenamiento que Guayaquil ha logrado por administraciones municipales; aquello no se discute y va más allá de “pelucones” o “guacharnacos”. Si es un problema de estudios técnicos y regulaciones, habrá que determinarse cuántas cooperativas y con qué frecuencia pueden circular sin destruir ninguna avenida; pero el transporte de pasajeros (no de carga) es la prioridad, son ecuatorianos que aportan, trabajan, contribuyen y dejan divisas a la ciudad. ¡Ni “pelucones” ni “guacharnacos”,  ni cadáveres, ni más volquetes: equidad!

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Andrés Martínez Arrata,
sociólogo, Guayaquil

Para solucionar el conflicto por el ingreso de buses interprovinciales y de transporte masivo a Guayaquil, es indispensable hacer un puente nuevo que atraviese al río Daule, a la altura a La Aurora.

Habría que hacer dos muy pequeñas vías: la una, que vaya directamente de la salida de los buses que pasan el PAN (Puente Alterno Norte) a La Aurora; y la segunda, desde la orilla del Daule que queda frente a La Aurora, hasta la magnífica avenida Terminal-Pascuales, que los  llevaría a su destino a través de un pequeñísimo recorrido. Con eso se beneficiaría también al considerable grupo de quienes viven en La Aurora.

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Luis Fernando Gómez Lince,
doctor, Guayaquil

Pido a los gobiernos, nacional y seccional, que por respeto a Guayaquil y sus habitantes dialoguen y limen asperezas, los únicos que perdemos somos el país, la urbe y los habitantes.

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Catalina Macías H.,
Guayaquil