David Beckham inició su lucha por convertir a Estados Unidos en un país amante del fútbol con una presentación descolorida de apenas 12 minutos, en su debut con el Galaxy de Los Angeles el sábado.
Beckham entró al encuentro amistoso contra el Chelsea a los 78 minutos, trotando por la cancha en medio de vítores y un mar de luces de las cámaras que captaban su imagen, ante un lleno total en el estadio Home Depot Center, de 27.000 asientos.
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La atmósfera es increíble, dijo luego de la victoria de 1-0 del Chelsea. Me hizo sentir un poco avergonzado a momentos.
El mediocampista de 32 años se pasó sin embargo la mayor parte del encuentro en la banca, ante una constante molestia causada por una lesión en el tobillo.
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La idea era que el estuviera presente y le diera a la gente el postre que deseaba, dijo el entrenador del Chelsea, José Mourinho.
Hubo muestras de júbilo cada vez que Beckham tocaba la pelota, siendo el mejor momento un tiro de esquina.
Landon Donovan, quien suele manejar esos disparos, le dejó el camino a Beckham, quien expresó que me sentí feliz, porque no tuve mucho contacto con la pelota.
Beckham estuvo a punto de ser derribado por Steve Sidwell, del Chelsea, pero solamente tuvo un choque con él.
Lo vi venir y salté a tiempo, para que mi pie no estuviera plantado en el suelo cuando me golpeó, dijo.
Beckham se disculpó por no haber jugado más tiempo.
No me encuentro en buena condición. No he entrenado desde que llegué, pero es muy bueno estar aquí, dijo.
Entre los presentes se encontraban su esposa Victoria, la actriz Katie Holmes y su bebita Suri, y la también actriz Jennifer Love Hewitt, quien como muchos otros espectadores asistía a su primer encuentro de fútbol, así como la estrella latina Eva Longoria, el gobernador de California Arnold Schwarzenegger y los actores británico John Hurt y Ray Winstone.