Ella descarta que haya un sentimiento de desapego en los casos que ha tratado sobre encargo o regalo de niños. “Un hijo implica una inversión económico y cuando los padres son pobres hay quienes los seducen por dinero o mediante engaños. También hay un aprovechamiento de personas sin escrúpulos”, comenta la experta.
Por ejemplo, analiza, en muchas comunidades indígenas los papás al quedarse viudos optan por entregar a sus hijos a vecinos que los puedan cuidar y darles lo que ellos necesitan, especialmente alimentación, salud, educación y cuidados.
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De ahí que no es coincidencia, considera ella, que los sitios donde hay mayor problema de trata de niños sean los cantones que registran mayores índices de pobreza como Chimborazo, Tungurahua o Cotopaxi.
En las zonas marginales urbanas, donde la pobreza es patente, también suelen darse estos casos. El psicólogo José Huiracocha, quien trabaja en la fundación de acogimiento familiar Cairo, ubicada en la isla Trinitaria, también refiere casos que él ha tratado, aunque han sido encargos temporales. “Hemos conocido de madres negligentes que han dejado a sus hijos con vecinos y que al tiempo regresan a verlos”, expresa.
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Él recuerda, por ejemplo, el caso de una tía a quien le encargaron un sobrino y que como no podía mantenerlo lo regaló a desconocidos. “Por suerte encontramos al niño, que estaba en un hogar sin hijos y muy bien tratado”, afirma Huiracocha.
El psicólogo del Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (Innfa), Nicolás Astudillo, analiza otros factores que influyen a la hora de regalar un niño. “Quienes los regalan no los consideran personas, en su imaginario social los ven como una extensión de los adultos y como tales creen que pueden hacer con ellos lo que quieran”, dice.
Esta actitud tiene su origen hace décadas cuando no existía un reconocimiento público y legal de los derechos de los niños, y continúa pese a que el Código de la Niñez y la Adolescencia garantiza que los menores vivan con sus familiares y gocen de los nombres y apellidos de sus verdaderos progenitores.
No obstante, cuando existen casos de niños declarados en abandono, por diferentes razones (entre ellas porque han sido regalados por sus padres), es la autoridad la que debe conocer los casos y darlos en custodia mientras dura el proceso de su adopción, sostiene Astudillo.
El estigma que significa para el niño conocer que ha sido regalado por sus padres es otro tema que analizan psicólogos y expertos, quienes creen que hay que decirle, apenas pueda asimilar las palabras, la realidad de su situación para que entienda que aunque no son sus verdaderos padres en un acto de amor le dan lo que necesita.
Margarita Velasco agrega que otra de las medidas de fondo es que el Estado reemplace las instituciones por las familias de acogimiento donde se garantice un mejor trato a los menores.