Hace 15 años, un hermano de crianza de Carmen llegó a su domicilio en Calceta (Manabí) con su hija en brazos. Decía que no sabía qué hacer con ella, que la madre estaba con problemas psicológicos y se la iba a regalar. Los Zambrano Solórzano tenían ya ocho hijos pero se ilusionaron al ver a la niña y decidieron acogerla en su hogar.