Los Huayamave recuerdan cómo heredaron el oficio de sus parientes.
El tiempo se detuvo en el Barrio del Astillero. Aunque eso no es posible. Pero en esas calles, el pasado y el presente están enlazados por un nudo imposible de desatar.
Cuando uno deja atrás la calle Eloy Alfaro y camina por Venezuela, de pronto en Cinco de Junio y el río Guayas se encuentra a Juan Carlos y Cazela II, dos barcos pesqueros que ocupan las parrillas del tradicional taller y varadero Barcelona de Enrique Huayamave Salvatierra, de 91 años, y su hijo Héctor Huayamave Medina.
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Sus popas de madera dan a un Guayas de aguas coronadas por lechuguines. Desde esa orilla se observa a los operarios que reparan las naves. De las cubiertas escapan voces y ruidos de herramientas. Esa mañana, como antes, como siempre los olores del río crecido y la madera labrada se mezclan.
Durante la colonia, los astilleros primero funcionaban por la actual ciudadela La Atarazana, luego se trasladaron al sur.
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Como en nuestra zona existían excelentes maderas para la industria naval y experimentados carpinteros de ribera y calafates, la corona quiso establecer en Guayaquil su astillero real, proyecto que finalmente no se realizó, lo afirma la historiadora María Luisa Laviana Cuetos en Guayaquil en el siglo XVIII.
Hacia 1740, la maestranza guayaquileña era la más numerosa del mar del sur, en su astillero trabajaban 335 hombres, 254 carpinteros de ribera y 81 calafates. Esos mismos carpinteros construían las casas de la ciudad. Todos eran negros, mulatos, zambos y mestizos y en su mayoría, familia entre sí, porque el oficio se hereda.
Por ejemplo, en 1777 en la maestranza del astillero trabajaban seis Medina y cuatro Salvatierra que seguro son los más antiguos y laboriosos familiares de los Huayamave Salvatierra y Huayamave Medina del actual varadero Barcelona.
Bajo una ramada, Enrique Huayamave se protege del sol y cuenta que todo lo aprendió de su padre, José Manuel, quien tenía un pequeño varadero en la calle Portete. Años después, trabajó en el de su hermano Juan, ubicado en Letamendi.
Era un varadero de marea porque sus dos parrillas estaban en el río para realizar trabajos de emergencia. “Las embarcaciones varaban ahí para colocarle un parche, cambiarle la hélice o el eje. Trabajos que duraban el tiempo de una marea”, recuerda el anciano.
Desde hace 36 años, el varadero Barcelona funciona en el actual sitio y su nombre es en honor al equipo de sus amores. Aunque Freddy, su hijo mayor, jugó en el Emelec, en cambio Emilio se inició en el Barcelona y después militó en siete equipos más. Héctor, quien actualmente está al frente del varadero, integró la selección del Guayas, pero cuando iba a jugar en el Nueve Octubre, don Enrique le dijo: “Juegas al fútbol o trabajas conmigo, así opté por la tradición familiar”, confiesa.
Cuando don Enrique opta por el silencio, Héctor recuerda que su padre construyó seis lanchones para la Unión de Bananeros Ecuatorianos, también canoas, remolques y pontones para que la compañía Mercantil embarcara racimos de guineos porque antes la fruta no iba en cajas sino en racimos pelados.
Esos eran buenos tiempos, asegura, aún construían embarcaciones en hierro. Ya nadie realiza esas inversiones, ahora los interesados compran embarcaciones dadas en baja y la reparan para gastar menos. Algo parecido ocurre con los barcos pesqueros, cuya construcción está prohibida porque hay demasiados.
Cuando llegan los barcos pesqueros –camaroneros, atuneros, sardineros– primero suben a la parrilla para detectar los daños y detallar las reparaciones necesarias. La mayoría de esos pesqueros fueron construidos por carpinteros de ribera, como los Quimí, los Quinde y otros.
“No sabemos hasta cuándo seguiremos, pero mientras exista el mar habrá pesca y por tanto barcos pesqueros para reparar”, dice Huayamave.
Por eso, el varadero Barcelona ubicado en el Barrio del Astillero navega en un viaje que no termina.
Mantenimiento
Normas marítimas determinan que un barco pesquero debe recibir mantenimiento anual.
Horario
En el varadero se trabaja de 08:00 a 12:00 y de 13:00 a 17:00.