La estadounidense Chevron Texaco alienta "una guerra sucia" para desconocer su inminente derrota en el juicio ambiental que enfrenta en Ecuador, dijo este martes el abogado de los demandantes, Steve Dossinger, al criticar denuncias por supuestas irregularidades.
"Estos ataques son parte de una guerra sucia para torcer la justicia, porque Texaco está acorralada y sabe que no hay salida. La empresa está perdiendo y finalmente este caso puede terminar después de 14 años", señaló en diálogo telefónico.
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"Es la primera vez que la compañía está sometida a una justicia neutral, en el tercer mundo, y por eso realiza ataques sin sustentos", añadió Dossinger, quien aspira a que el juicio concluya en 120 días con una sentencia favorable para los indígenas que demandaron a la petrolera por daños ambientales.
Dossinger rechazó declaraciones de Ricardo Veiga, vicepresidente para América Latina de Texaco, quien cuestionó la imparcialidad del perito ecuatoriano que inspeccionará los campos donde operó la petrolera entre 1964 y 1990.
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Veiga calificó de "farsa judicial" el proceso que enfrenta en Ecuador.
"El perito fue nombrado de acuerdo con la ley del país y el juez lo nombró porque está calificado. Estamos en la recta final donde el perito de la corte va a calcular los daños, por eso Veiga viene a confundir la opinión pública", explicó.
La petrolera pagó 40 millones de dólares en 1998 para remediar la contaminación, pero varias comunidades indígenas la enjuiciaron por daños y perjuicios reclamando una indemnización de 6.000 millones de dólares.
Un tribunal de Nueva York ordenó a Texaco, en 1990, someterse a la justicia ecuatoriana, convirtiéndose en el primer proceso en la historia que obliga a una petrolera estadounidense a responder en la jurisdicción de otro país.