El ministerio de Relaciones Exteriores de China pidió ayer al Vaticano que “no interfiera” en asuntos internos del país invocando motivos religiosos.

La advertencia de la Cancillería china responde a una carta abierta del papa Benedicto XVI a los doce millones de católicos de China. La epístola es una de las iniciativas pastorales más osadas del papado de Benedicto hasta el momento.

Publicidad

En el documento, esperado por los fieles, el Pontífice pidió a Beijing que respete la libertad de religión y criticó las restricciones que en su opinión dividen a la grey católica china.

Benedicto XVI declaró que la Iglesia Católica Patriótica, tolerada y alentada oficialmente, es incompatible con la doctrina católica, y señaló que algunos fieles no tienen muchas opciones para practicar su fe.

Publicidad

No obstante, el Papa aseguró que el Vaticano está abierto a negociar con Beijing la jurisdicción eclesiástica sobre los obispos. China solo permite celebrar ceremonias religiosas de la Iglesia Patriótica.

Beijing rompió relaciones con el Vaticano hace más de 50 años, cuando los comunistas tomaron el poder en China.