“Miro (a sus gobernantes) con admiración, porque son capaces de inaugurar un nuevo proceso político y con mucha simpatía, aunque no para copiarlos, ya que Paraguay debe tener el suyo propio”, afirmó en Madrid durante el foro de debate Tribuna Iberoamericana.

Lugo dijo que Paraguay “no tiene que desentonar” en la región, pero siguiendo su camino “ya que no puede ser como Venezuela porque no tenemos el petróleo, ni como Bolivia, porque no tenemos el gas”.

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Lugo, de 56 años, se postula como candidato en las elecciones presidenciales al frente de la Concertación Nacional, formada por los partidos de la oposición parlamentaria y unas 30 organizaciones sociales.

El ex obispo, que lidera las encuestas de intención de voto, con cerca del 60%, recalcó su independencia política y que su objetivo es “escuchar a la gente” y que eso es lo que está haciendo en su gira que incluyó EE.UU., Argentina y España.

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Aunque insistió en que “no soy el trofeo de ningún grupo social”, reconoció afinidades con algunas partidos, como la Democracia Cristiana.

Lugo expresó su “gran temor” a revueltas populares si sus adversarios logran impugnar su candidatura, para lo que argumentan que aunque haya renunciado a su estado clerical el pasado diciembre y que el Vaticano lo haya suspendido, sigue siendo sacerdote.