La construcción de canchas con césped sintético en la ciudad se incrementa.

En medio de la afición que millones de personas sienten por el fútbol aún hay cientos de negocios por explotar. Hasta ahora, aparentemente, se ha visto casi todo en el merchandising  deportivo: venta de camisetas, balones, tarjetas y  muñecos de personajes conocidos del balompié, uniformes y otros implementos.

Sin embargo, el ofrecerle al hincha la oportunidad de participar en un juego  de fútbol como si estuviera en un estadio pero en menor tamaño, es un nuevo reto que se han impuesto varias microempresas en la ciudad, que han encontrado en el ‘fulbito’ otro imán  para atraer clientes.

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Tras haber conocido esta tendencia hace tres años en Argentina, Juan Carlos Peña abrió junto con tres socios  Fútbol Time, en enero del 2004.

El complejo de tres canchas, ubicado en el kilómetro 6½ vía a la costa, recibe hasta 26 equipos de fútbol diarios, entre grupos de personas y trabajadores de empresas que acuden por un momento de relax tras una jornada laboral.

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Allí, los costos por el uso de la cancha sintética que agrupa hasta doce jugadores (seis por cada equipo) promedian los 39 dólares para los que gustan de jugar en el día, y de $ 49, que es la tarifa nocturna.

Fútbol Time también alquila espacio para eventos como cumpleaños, olimpiadas empresariales  y otros. Para esto ofrece un paquete cuyo valor es de 120 dólares que incluye mesa, sillas, dos meseros y el uso de la cancha por unas tres horas.

Tras la apertura de Fútbol Time surgieron otros locales deportivos, como el de Futbolín, que se aperturó en abril del 2005.

Mauricio Zambrano, administrador del lugar, enfatizó que además del boom de las canchitas sintéticas, Futbolín nació con la idea de evitar que los chicos sigan  jugando en la calle, “un aficionado requiere de una cancha techada preparada para el frío o para el calor a un precio módico”, dijo.

Pese a la actual competencia, pues se registran más de cinco canchas de césped sintético en la urbe, Zambrano dijo que trata de motivar a sus clientes para asistir a su local con la entrega de  fundas de agua, hidratantes y botellas de cervezas para las personas que jueguen más de dos horas.

“De unos 25 a 30 equipos que recibimos 12 pertenecen a las empresas. Tenemos buena aceptación, más si es época de Mundial”, refirió Zambrano.

Pero la moda de las canchitas de fulbito también alcanzó a los jugadores profesionales de fútbol. El actual arquero del Deportivo  Azogues,  José  Francisco Cevallos, aperturó las instalaciones de La Canchita en el 2005.

Allí, el jugador logró fundar una academia de fútbol en donde acoge a decenas de menores en un campeonato de balompié que organiza el sitio cada año.

Actualmente La Canchita cuenta con tres locales ubicados en la ciudadela Kennedy Norte, atrás del restaurante Gran Chef; en el Parque Chino y frente a  Torres del Norte.

En esos lugares se ofrecen canchas a un costo de 50 y  40 dólares la hora.

La demanda por jugar fulbito no solo incluye a Guayaquil, las ciudades de Quito y Cuenca también evidencian un crecimiento de estos locales. Los valores son similares a los establecidos en la Costa.

Cifras

6
Canchas.
Es el número de espacios con césped sintético que se alquilan en la ciudad. Además de Futbol Time, Futbolín y La Canchita constan La Finta, Fair Play y una recién inaugurada en Bolivia y Seis de Marzo.

40
Mil Dólares.
Es el monto promedio de inversión inicial para la construcción de una cancha de fulbito en la ciudad. La mayoría de estos sitios están ubicados en el norte, en el caso de Guayaquil.