En su austero convento, donde hay filas de sillas acomodadas frente a un televisor y un crucifijo, las 23 monjas de las Hermanas Salesianas de María Inmaculada dejan de lado sus plegarias por los enfermos y por los pobres para orar por los Spurs de San Antonio.
Con los nombres de los jugadores del equipo prendidos a sus blusas blancas debajo de sus hábitos, las hermanas se reúnen fielmente a la hora del juego en el salón comunitario del convento, gritando: Haz ese enceste! y Vamos!.
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Oramos por ellos para que ganen, pero también oramos para que continúen su espíritu deportivo, dijo la hermana Sandra Neaves, jefa de la orden en el occidente de Estados Unidos. Hacemos mucho ruido en ese salón, dijo riendo la hermana Angelina Gómez.
Los Spurs están felices por el gesto de las monjas, esperando captar el poder de la oración durante su intento de conquistar un cuarto título de la NBA.
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Tenerlas de nuestro lado nunca podrá hacernos daño, y tomaremos cualquier ventaja que podamos, dijo Tom James, vocero de los Spurs. Obviamente somos afortunados de tener en esta ciudad aficionados maravillosos de todas las edades y todas las formas de vida, agregó
El jueves, cuatro de las monjas asistirán al partido inaugural de la serie contra los Cavaliers de Cleveland. Los boletos fueron un regalo de la NBA.
Las que se queden en casa se reunirán frente al televisor del convento. Neaves comentó que no todas podrán lanzar gritos de aliento hasta el final del juego: muchas son de edad avanzada y algunas están enfermas. Pero la monja señaló que estarán animando al equipo a distancia acompañándose con rosetas de maíz y oraciones.
En una ciudad donde la frase Go Spurs Go (Vamos Spurs Vamos) está sobre rascacielos y en furgonetas, las monjas dicen que ellas están inspiradas por lo que el equipo significa para la comunidad y por una monja en particular que murió a principios del año.
La hermana Filomena Conte, de 86 años, era la más ávida aficionada entre ellas. Ella miraba o escuchaba cada juego, oraba por el equipo y mantuvo correspondencia con el entrenador en jefe Gregg Popovich.
A pesar de que Conte sufría de una enfermedad cardiaca obstructiva y tuvo orden médica de permanecer en cama durante la temporada regular, escuchaba los juegos por radio. Cuando fue enviada a un hospital, tuvo una pregunta mientras esperaba con otra religiosa: Voy a tener una habitación antes de que comience el juego?.
Conte falleció el 8 de marzo, pero las monjas tomaron su causa para animar y orar por los Spurs. Si los Spurs ganan el campeonato, no me sorprendería que ella haya tenido algo que ver, dijo Neaves.
Entones Dios es realmente un aficionado de los Spurs?. Sí!, respondió Gómez, riendo y apretando sus manos en el salón comedor donde cuelga una manta de los Spurs como un estandarte.