La tenista Justine Henin busca su tercera corona consecutiva en el Abierto de Francia, pero enfrenta el reto de oponentes familiares y un puñado de otras jóvenes con hambre de gloria.
La fuerte belga de 24 años, quien regresó a la cima del tenis tras superar una crisis en su matrimonio de cuatro años, irá por una hazaña que sólo Monica Seles, con triunfos consecutivos de 1990 a 1992, consiguió desde el inicio de la era profesional.
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Henin, quien tuvo una excelente actuación en el 2006, debió luchar contra un problema personal tras separarse de su esposo Pierre-Yves Hardenne y verse obligada a desertar del Abierto de Australia en enero.
Sin embargo, tener un nombre más corto no disminuyó sus habilidades y la combativa belga pronto mostró cuán fuerte era mentalmente al recapturar el puesto número uno del mundo con títulos seguidos en Doha y Dubai.
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Su temporada sobre polvo de ladrillo, hasta ahora con un sólo triunfo en Varsovia, ha estado por debajo de su nivel, pero ello no significa que quede descartada cuando la acción comience el domingo en París.
Parada en el camino de Henin estará una mujer que protagonizó su propia historia de regreso a la actividad cuando muchos consideraban que su juego, basado en la potencia, ya no revestía peligrosidad.
Serena Williams advirtió al mundo que todavía era una amenaza al derrotar a Maria Sharapova en la final de este año del Abierto de Australia y verdaderamente tiene lo que necesita para arruinar los planes de Henin.
Una distensión en la ingle mantuvo a la ex número uno del mundo inactiva durante semanas, pero su reciente llegada a los cuartos de final en Roma deja entrever que la estadounidense podría llegar a la capital francesa en su mejor forma.
PROBLEMATICO PARIS
La rusa Sharapova, quien disfrutó de la cima mientras Henin sufría altibajos, se siente más relajada sobre superficies rápidas y nunca llegó más allá de los cuartos de final en París. Sus recientes actuaciones no sugieren que pueda hacer algo mejor este año.
Amelie Mauresmo también tuvo problemas en París, los que empeoraron teniendo en cuenta que el público local está siempre desesperado por verla brillar allí.
Como Sharapova, la ex número uno del mundo jamás superó la instancia de las ocho mejores.
A ello se le agrega su reciente retorno a las canchas, tras dos meses de ausencia debido a una apendicitis y su escasa práctica.
Mauresmo dijo que el lado bueno de toda esta situación es que no se esperaba una buena actuación de su parte, lo que podría sacarle algo de presión.
"Esta vez todos los ojos no estarán sobre mí y eso puede ser algo positivo", sostuvo.
AMENAZA SERBIA
Para Henin, el peligro no provendrá principalmente de Williams, Sharapova ni Mauresmo, sino de la rusa Svetlana Kuznetsova, su rival en la final del año pasado.
"El polvo de ladrillo es la superficie favorita de Svetlana", dijo la belga, quien también se alzó con el título francés en el 2003. "Ella tiene el potencial para llegar hasta el final", añadió.
Rusia tiene algo más que a Kuznetsova para dejar a Henin fuera de carrera, con la debutante Anna Chakvetadze y Nadia Petrova entre aquellas con derecho a ser ambiciosas.
Henin sabe, sin embargo, que la geografía de un ligeramente débil tenis femenino está cambiando con celeridad y Serbia aparece ahora tan amenazante como Rusia.
La juvenil Ana Ivanovic dio una clara advertencia al vencer a Kuznetsova en la final de Berlín a comienzos de este mes y otra competidora de Serbia, Jelena Jankovic, ocasionó daño también. Jankovic, de 22 años, ganó tres títulos este año, dos de ellos sobre polvo de ladrillo, en Charleston y en forma notable en Roma, donde derrotó a Kuznetsova en la final para alcanzar la cuarta posición del ranking mundial y reforzar su estatus de máxima rival en el Abierto de Francia.