Comisión de Tránsito hace un análisis para distribuir mejor el tráfico de la ciudad.
De casi una veintena de vías de alta velocidad con que cuenta Guayaquil, y que especialmente conectan el norte con el sur, el este con el oeste y estos puntos entre sí, solo unas cuantas son usadas masivamente por carros particulares y buses de transporte urbano.
Esto hace necesario una reingeniería en el tráfico de la ciudad, a criterio del vicepresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Ingenieros de Transporte, Rafael Pezo. Y el mal uso de esas vías, cree, hace que en determinados sectores de la ciudad se concentre la carga vehicular que provoca los congestionamientos que luego redundan en problemas para peatones y choferes.
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Según este experto en transporte, en una ciudad existen tres tipos de vías. Las amplias avenidas donde la circulación de vehículos es a grandes velocidades (90 - 70 km/h). Estas deben contar con carriles de servicio para los paraderos de buses y acceso al comercio.
Estas conectan todos los puntos cardinales de una urbe, por lo que deberían tener el mismo ancho a lo largo de su recorrido y total fluidez.
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También están las calles céntricas o llamadas vías colectoras, que sirven para distribuir el tráfico en los diferentes lugares de Guayaquil o llevarlo hacia las avenidas o autopistas. Ahí la velocidad oscila entre 60 - 50 km/h, permite una circulación peatonal sin riesgo, lo que no sucede en las grandes arterias.
Mientras que las ciudadelas cuentan con vías de velocidad baja, 25 - 20 km/h, donde la incidencia del tráfico es mínima y el tránsito para las personas tiene prioridad.
Esta clasificación funcional es la que debería regir para las autopistas, avenidas y calles de toda ciudad e implica que cuenten con pasos peatonales, distribuidores de tráfico y señalización. Además de una correcta aplicación de la velocidad en la circulación de automotores.
Pero esto no se cumple, según Pezo, por eso hay congestionamiento. Por ejemplo, en la intersección de la avenida Benjamín Rosales con la avenida de las Américas. Allí desde 08:00 hasta las 09:00 se forman largas filas de carros que avanzan lentamente, se escucha un concierto de bocinas y pitos de los vigilantes de la Comisión de Tránsito del Guayas que tratan de regular la circulación.
Faltan pasos peatonales, un distribuidor de tráfico y elevar la velocidad permitida en esa avenida que es de 50 km por hora, afirma Pezo.
Pero, aplicar una reingeniería en el tráfico implica un estudio a conciencia. Pezo explica que de acuerdo con la clasificación mencionada debería estar distribuida la carga vehicular de Guayaquil y los recorridos del transporte urbano.
Según la demanda tendría que haber un determinado número de unidades con cierta capacidad y recorridos adecuados para cubrir las necesidades de los usuarios.
El estudio de la distribución del tráfico es competencia de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG). Su director ejecutivo, Ricardo Antón, dice que no hay análisis que certifique que se cumpla con esta especificación (vehicular y de velocidades), por lo que se proyecta ejecutarlo en su administración.
En él también se incluirá a los taxis y expresos escolares.
La Comisión de Tránsito tampoco cuenta con cifras respecto a la carga vehicular que soporta a diario Guayaquil.
El objetivo de redistribuir el tránsito es descongestionar calles colectoras (Esmeraldas, Los Ríos, Piedrahíta, Tungurahua y Carchi) que hoy sirven como arterías conectoras de avenidas como la de las Américas, Quito y Machala.
El subjefe de Tránsito de la CTG, Luis Lalama, asegura que el transporte urbano incide mucho en el congestionamiento, por lo menos así lo determina la vigilancia que a diario realizan los uniformados de la institución.
Pero también parte de un problema cultural, agrega Lalama. Señala que hace falta que los conductores conozcan del uso de las vías alternas que hoy permanecen con poca circulación vehicular.
Agregó que el irrespeto a la Ley y a las señales de tránsito también influye en el congestionamiento de los vehículos. Por ejemplo los buses de transporte urbano deberían circular por la derecha y usan toda la calle mientras que los particulares incurren en infracciones por giros inadecuados.
El Subjefe de Tránsito señala además que es importante que todas las autoridades involucradas en el tema realicen un trabajo coordinado para solucionar este problema.
Pero en la Dirección Municipal de Ordenamiento de Infraestructura Territorial y de Transporte no se considera al congestionamiento en la urbe como un problema grave.
El consultor interno de la CTG, Felipe Huerta, señala que habría que preocuparse si el congestionamiento pasara los seis minutos (paralización del tráfico vehicular), pero sus mediciones indican periodos promedios de tres minutos en los puntos de mayor problema.
Agrega que construir indiscriminadamente distribuidores de tráfico y pasos peatonales, no hará funcional la “malla vial” de la ciudad. Más bien insiste en hacer un estudio del parque automotor de alquiler y tener una mejor educación vial.
A su juicio la implementación del Sistema de Transporte Masivo Metrovía (todas las troncales) convertirá a futuro a la malla vial de Guayaquil en una red de circulación fluida.
Mientras que el alcalde de la ciudad, Jaime Nebot, señala que la apertura de los túneles San Eduardo en julio del 2008, también contribuirán a mejorar el tránsito en la avenida Carlos Julio Arosemena.
Además disminuirán la carga vehicular que normalmente usa las tradicionales calles del centro para trasladarse de sur a norte y viceversa.
José Moreno
CONDUCTOR
“Todos los días está congestionada esta avenida (la Benjamín Rosales), como no hay otra vía que tomar no queda más que venir por aquí.”
José Yagual
CONDUCTOR
“Esto se congestiona todos los días (av. Benjamín Rosales) y se me hace muy lejos irme por otra calle.”
Kléber Vera
CONDUCTOR
“No me molesta usar esta calle todos los días (av. de las Américas) pese a que se congestiona porque es más fácil llegar al centro.”