El hombre ha causado un daño irreversible al ecosistema por haber aniquilado tantas especies de animales durante décadas e incumplir con las normas elementales de reforestación, reciclaje y racionamientos de agua y energía.
Asombra constatar que en los informes sobre la polución no se enfatiza que también se nos está agotando el oxígeno, y resulta increíble que no se haya declarado patrimonio de la humanidad a nuestra Amazonía que es un pulmón natural privilegiado.
Cada vez es más común la indiferencia ante las necesidades y la tragedia ajena. Paradójicamente existe terror a la muerte y desconocimiento de cómo se debe vivir la vida. No se vive el presente plenamente y no se acepta el devenir de las cosas. Mientras tanto, todo a nuestro alrededor perece, el agua, la atmósfera, los árboles y la fauna están absorbiendo la gran carga de soberbia e infelicidad que la humanidad genera. Si hoy se pudiera reprogramar a la humanidad para la vida, todos aún podríamos contar con un mañana.
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Gustavo Rivadeneira Romero,
Guayaquil