Opositores a Chávez dicen que los zepelín los vigilarán como en ‘Gran hermano’.
Cinco globos aerostáticos, de un total de 32 hasta finales del 2008, ayudarán a vigilar la seguridad en la violenta capital venezolana, a partir d el próximo mes, informó la alcaldía Mayor de Caracas.
El alcalde Juan Barreto dijo que las aeronaves cuentan con cámaras fotográficas, aparatos de visión nocturna y filmadoras de alta resolución conectadas a vehículos policiales y a dos centros de control en tierra, que podrán informar de incendios, derrumbes y otros avatares a organismos de socorro tales como los bomberos y el de Protección Civil.
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Cada zepelín cuesta 465.000 dólares, y son construidos por la firma norcoreana HanGIS. Tienen resistencia blindada, por lo que pueden soportar el impacto de las balas.
Con ellos se aspira a reducir el alto número de asesinatos, robos, asaltos y otros delitos que azotan a Caracas, ciudad con cinco millones de habitantes.
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La Alcaldía efectuó el pasado fin de semana un vuelo de prueba del primero de los tres globos de vigilancia que estarán operativos en mayo, que pueden desplazarse a una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora.
Pero estas naves originaron temores de que el presidente Hugo Chávez se convierta en un “Gran Hermano”.
“Me recuerda 1984, de George Orwell. Es Gran Hermano. No va a resolver el hampa”, declaró José Luis, un abogado que prefirió no dar su apellido.
Los dirigibles también originaron debates sobre la infracción de las libertades civiles cuando fueron utilizados en Nueva York y en las Olimpiadas de Atenas en el 2004.
Ha habido una fuerte sensación de que el Estado vigila a la oposición en Venezuela desde la realización de un referéndum en contra de Chávez en el 2004, que el Presidente ganó fácilmente.
La oposición de Venezuela acusa a Chávez, quien es muy popular entre la mayoría de bajos recursos, de perjudicar a la democracia al politizar instituciones estatales y centralizar el poder a su alrededor.
Según las Nacionas Unidas, Venezuela posee la mayor tasa mundial de muertes por armas, con 34 por cada 100.000 personas, incluso sobre Brasil, que tiene 22.