Cuando el muro sea concluido, los sunitas de Azamiyah, en la margen occidental del río Tigris, vivirán en un recinto amurallado y los puestos de control vigilados por soldados iraquíes serán los únicos puntos de acceso a la población.
Azamiyah está al lado del barrio de Kazimiya, donde está la mezquita de Musa Al Kazim, uno de los doce imanes del chiismo, y allí se celebra la fiesta chiita del Ashura.
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Según el ejército estadounidense, el muro de hormigón de hasta 3,6 metros de alto impedirá que eventuales escuadrones de la muerte chiitas cometan atentados para obligar a huir a los sunitas del barrio, y que los insurgentes sunitas ataquen en los barrios chiitas.
Pero los residentes, que no han dado permiso para la obra, dijeron que es un castigo, “una prisión colectiva”, y la rama sunita de la red terrorista Al Qaeda estimó que el muro demuestra “el fracaso de todos los planes” estadounidenses.
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Ayer, coches bombas mataron a 18 personas en Bagdad, 23 trabajadores fueron asesinados en Mosul, 18 presuntos terroristas murieron en incursiones contra una base de la red Al Qaeda y 5 soldados estadounidenses murieron en combate el fin de semana, con lo que las bajas de EE.UU. en Iraq son 3.320.