El autor de la masacre que se cobró ayer la vida de 33 personas en la Universidad Politécnica de Virginia es un surcoreano identificado como Cho Seung Hui, de 23 años.
El atacante era un inmigrante legal, que estudiaba en la Universidad de Virginia y su identificación fue hecha pública por el jefe de la policía de la Universidad, Wendell Flinchum, quien dijo que el estudiante vivía en uno de los dormitorios sin dar detalles de los motivos que le llevaron a realizar esta matanza.
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Mientras continúan sin resolverse numerosas cuestiones alrededor de la masacre de ayer, algunos testigos presenciales han aportado nuevos detalles de los dos tiroteos.
Una de las supervivientes al tiroteo en el edificio Norris Hall, en el que fallecieron 33 personas, ha asegurado que el joven iba vestido "casi como un boy scout", con una camiseta de manga corta color canela y un chaleco de guerra negro. "Se paró a metro y medio de la puerta y simplemente comenzó a disparar. Parecía muy minucioso, abatiendo a casi todo el mundo. Yo simulé estar muerta", ha detallado.
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Según su testimonio, sólo cuatro de los 25 estudiantes que se encontraban en la clase de alemán no recibieron impactos de bala.
Unos 30 segundos después de abrir fuego contra ellos, el joven armado volvió. "Supuse que nos oyó hablando", ha explicado. "Empujamos la puerta nosotros mismos para que no pudiera entrar, porque la puerta no cerraba", pero el joven intentó entrar tres veces más y, al no conseguirlo, comenzó a disparar contra la puerta.
Heridos
Las autoridades dijeron que 12 estudiantes permanecían hospitalizados el martes, en condición estable.
El clima del campus, en donde hay más de 25.000 estudiantes a tiempo completo, era de conmoción y duelo.
Críticas
La mayor matanza en una universidad de Estados Unidos -33 muertos- ha reabierto algún debate olvidado en Estados Unidos, como la libre posesión de armas de fuego, y ha generado un alud de críticas.
Las principales quejas se centran en la actuación de las autoridades y su tardanza en reaccionar entre el primer y el segundo tiroteo. Pasaron dos horas, lo que muchos supervivientes interpretan como tiempo suficiente para advertir a los estudiantes alojados en el campus de que abandonaran el recinto o se escondieran en lugares seguros.
Las autoridades se han defendido de todos los ataques asegurando que en ningún momento pudieron prever que se produciría un segundo tiroteo.
El primer ataque, que se saldó con dos muertos, se produjo alrededor de las 7.15 horas de la mañana en el edificio de dormitorios West Ambler Johnston. La policía acudió a investigar lo sucedido. Mientras tanto, el asesino se dirigió al edificio Norris Hallal, al otro lado del campus y no precisamente a poca distancia, para perpetrar la masacre más cuantiosa en número de víctimas.
La Policía ha confirmado en rueda de prensa el número de víctimas, 32 además del agresor, y que el tirador se suicidó, sin llegar a disparar contra la policía, tras el segundo de los dos ataques que perpetró en el campus a lo largo de la mañana del lunes.
Se desconoce la identidad de las víctimas mortales o de los heridos y si éstos eran estudiantes, miembros de la facultad o visitantes. Según el jefe policial, esa información sólo se dará a conocer cuando se haya notificado a los familiares.