Hola, jugadores de Barcelona, he visto todos los partidos del Campeonato nacional cuando ustedes jugaban de local y de visitante y también he ido al estadio Monumental, veo que no les va bien, en el torneo están en el octavo lugar de la tabla de posiciones. Yo quiero decirles una cosa, quiero ver a mi equipo de antes que jugaba por amor a la camiseta no por el dinero, no quiero que tomen a mal lo que les estoy diciendo, veo que muy poca hinchada va a apoyarlos. Yo quiero ver a mi equipo como lo fue en el siglo XX, que jugaba con empeño, con garra y especialmente por amor a la camiseta. Yo desearía que el estadio Monumental se volviera a llenar como en los años anteriores, pero solamente se llena en el clásico.

Ustedes llegaron a dos finales de la Copa Libertadores, yo estaba muy contento aunque ustedes no fueron campeones en el 90 y 98 igual estaba muy feliz porque ustedes fueron vicecampeones de América y todavía lo estoy, también estoy orgulloso de ser barcelonista y lo estaré hasta la muerte.

Les escribo esta carta para decirles que jueguen por amor a la camiseta para que la hinchada esté feliz y vuelva a ver al Barcelona de antes. Les deseo toda la suerte del mundo.

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Napoleón García Villafuerte
Guayaquil

El equipo de fútbol Barcelona es un negocio, así lo debe entender la directiva, no fue formado para estar en las últimas posiciones del torneo nacional, se convirtió rápidamente en un ídolo por las grandes victorias alcanzadas; inicialmente con elementos criollos, posteriormente se sumaron extranjeros de categoría, eso parece que lo olvidó el actual presidente al contratar jugadores de baja calidad técnica, no aportan beneficio alguno y, por el contrario, sin duda ya causan un perjuicio institucional con repercusiones económicas nefastas  y posiblemente el malestar general para los nacionales, quienes sienten tener un rival y no al compañero de apoyo para unidos lograr nuevos triunfos.

Los barcelonistas de corazón y los que hemos tenido el orgullo de vestir la camiseta oro y grana, en mi caso en el equipo de basquetbol, deseamos ver nuevamente al equipo de fútbol triunfador, si nos toca perder que sea con dignidad, dejando en la cancha hasta el último recurso humano digno de un aplauso popular.

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Con Barcelona no se juega a la inoperancia, dejar hacer dejar pasar, queremos resultados positivos, cambios radicales, estructuras de garantía no pruebas de laboratorio; al niño se le enseña a manejar las dos piernas, al jugador formado difícilmente por no decir imposible, lo puede lograr; nuestro medio y  costumbres no son iguales no digamos a la europea, aun en nuestro mismo continente, basta con salir al Perú o Colombia, para notar el cambio. Los tiempos no son iguales y la renovación de adaptación es necesaria, quien no entiende eso debe renunciar, decir que todo está en orden, cuando  existe crisis y la indisciplina es real, es querer tapar el sol con un dedo; hasta cuándo debemos soportar tanta palabrería. Por el bien de la institución que amamos, la actual directiva urgentemente tome las medidas necesarias para encumbrar nuevamente a Barcelona, ídolo del Ecuador, el que nos representó con dignidad en la Copa Libertadores, el que llenó de inmensas alegrías anulando nuestras penas.

Fernando Enrique Guzmán Martínez
ingeniero comercial, Guayaquil