Posiblemente para esto, un canal de  televisión promovió que se escogiera al Mejor Ecuatoriano. Entre dicha nominación estuvieron muchas personas ilustres por su proceder sin tacha, que ahora se los tilda de “pelucones”. Sí, más de uno de mis antepasados estuvieron nominados, pues sus vidas fueron ejemplo de trabajo honesto, tesonero, lleno de civismo para bien de sus coterráneos. Gente que ha hecho país. Gente que ha creado y apoyado la conformación de instituciones de servicio a los guayaquileños y ecuatorianos en general. Gente para quienes los valores como la fe, el honor, la honradez, el trabajo, la generosidad, el civismo, la solidaridad, han sido su norte. Valores que nos han transmitido de generación en generación y que me siento muy comprometida de pasar a mis hijos y nietos, no solo con la palabra sino más que nada con el ejemplo, como ellos lo hicieron.

¿Cómo se pretende tener un Ecuador mejor, una Patria renovada, mediante la cultura del odio: frases hirientes y sobre todo dichas sin pensar y sin meditarlas primero? Cuando así se obra, el resultado es nefasto, pues más valdría no haber hablado.  No es así como nuestros pobres van a tener días mejores. Más bien así se destruye, se confunde, se desorienta y hasta se desalienta a quienes confiadamente esperan acciones competentes y eficientes. Solo quien es motivado por ideales verdaderos es capaz de unir a un país y llevarlo hacia adelante, por titánica que parezca esta labor. Esa persona logra tener éxito y más aún la admiración y gratitud de todo un pueblo.

Hagamos de nuestro país una Patria unida, trabajadora, entusiasta, con ideales verdaderos, con esperanza.

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¡Ecuador siempre primero! ¡Que sea esta nuestra consigna!

Margarita Arosemena Gómez-Lince
Guayaquil