Un informe del Pentágono divulgado ayer echó por tierra uno de los argumentos  usados por Estados Unidos para invadir Iraq en el 2003.

La  información obtenida tras la caída de Saddam confirmó la posición, antes de la  guerra, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y del  Pentágono respecto a que Bagdad no tenía contactos directos con Al Qaeda, grupo liderado por Usama Ben Laden y responsable de los atentados terroristas del 11 de septiembre en EE.UU., que dejaron casi 3.000 muertos.

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El informe subrayó que la oficina del entonces subsecretario de Defensa, Douglas Feith, uno de los principales defensores de la invasión a Iraq tras los  ataques del 2001, ignoró la postura de la CIA y el Pentágono.

Sin embargo, el vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney insistió en una entrevista radial el pasado miércoles, en la existencia de  los nexos entre Iraq y Al Qaeda antes del 2003.

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Ayer, 27 personas murieron en Ramadi, foco de la resistencia sunita en Iraq, en un atentado suicida con un camión cargado con cloro y explosivos.