El  TLC y la vigencia del Plan Colombia fueron temas clave en la visita a Bogotá. 

La gira del presidente estadounidense George W. Bush por cinco países latinoamericanos (Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México) concluyó  aparentemente sin demasiado éxito en cuanto a mejorar su imagen y la de EE.UU. y a temas bilaterales.

El Wall Street Journal consideró que Bush había previsto la gira como trampolín para destrabar el estancado debate migratorio e impulsar una reforma para legalizar a más de 11 millones de indocumentados.

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En su estadía en Colombia, de algo más de seis horas, la etapa que mayor incidencia tiene para Ecuador por su condición de vecino, el gobernante anfitrión Álvaro Uribe pidió más colaboración en la lucha de esta nación contra el narcotráfico.

En Bogotá, Bush se mostró a favor de ampliar el Plan Colombia contra las drogas y la narcoguerrilla, y aseguró que presionará al Congreso de EE.UU. para aprobar del Tratado de Libre Comercio (TLC) que firmaron los dos países.

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Uno de los escollos para concretar un TLC es la falta de garantías laborales que EE.UU. cuestiona a Colombia porque en este último país es donde más sindicalistas son asesinados en el mundo.

Los periodistas británicos Richard Lapper, editor de América Latina del diario Financial Times, y Ondine Smulders, de la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist, se refirieron a este TLC y coincidieron al estimar que el obstáculo para su negociación es el reciente escándalo parapolítico (en el cual se involucra a políticos de tener nexos con jefes de los ilegales grupos paramilitares) que puede incluso poner en riesgo la ayuda económica y militar al gobierno de Uribe.

En ese escándalo están detenidos ocho congresistas uribistas (entre ellos un hermano de la ex canciller Consuelo Araújo), un ex jefe de la agencia estatal de inteligencia, el DAS, en el mandato de Uribe, a más de la orden de captura en contra de Álvaro Araújo, padre de la ex ministra. “La cuestión es cómo contener la presión demócrata que insiste en los  derechos humanos”, comentó Lapper.

Mientras, Smulders agregó que el escándalo de la parapolítica complica la aprobación de este TLC. Sobre este escollo Bush indicó: “Ambos –Uribe y él– creemos que la mejor manera de lograr una reconciliación es a través de un proceso de justicia independiente, y eso es lo que está haciendo el gobierno colombiano”.

Ante el Plan Colombia, Lapper juzgó difícil que este siga más allá del 2008 y descartó un acuerdo a largo plazo. Además, vio complicado que el Congreso apruebe la emisión de $ 4.000 millones que pide Bush para esta ayuda a Colombia. Pero advirtió que el aporte dependerá de la capacidad de Colombia de  llevar a la justicia a violadores de los DD.HH., como reclaman demócratas estadounidenses.

Bush apoya acciones para liberar a tres  estadounidenses en poder de  las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde el 2003.

Una de las reacciones previsibles ante su visita fue la de las FARC. Raúl Reyes, su principal vocero tras la desaparición en la opinión pública de su líder Manuel Marulanda, emitió un comunicado en el que sostuvo que Bush “viene a pedirle cuentas a Álvaro Uribe de las millonarias inversiones de dólares en los planes de acabar las FARC”.

Desde que en 1982 Ronald Reagan visitó Bogotá, ningún otro presidente de EE.UU. lo ha hecho; no obstante, Bush estuvo en Cartagena en el 2004.

Presupuesto
En el presupuesto estadounidense 2007-2008, George W. Bush pide $ 443 millones para la región en su aporte en la lucha contra las drogas y no los $ 722 millones que pidió en los dos años previos.

El mayor aporte
Colombia es el principal receptor de ayuda estadounidense en América Latina, sobre todo en lo militar, al recibir $ 700 millones anuales. Este país será el único que obtendrá más aportes.

Ecuador
En febrero se anunció que Ecuador obtendrá $ 7 millones (el periodo previo es de $ 8,37 millones).

Plan Colombia
Washington ha destinado más de $ 3.500 millones para el Plan Colombia desde el 2000.