Las nuevas autoridades de Andinatel investigan al menos 10 de los 532 contratos del año pasado por supuestas irregularidades (sobreprecio, sin concurso público o posibles nexos entre las empresas).
Las denuncias de corrupción en Andinatel revelan no solo posibles irregularidades en la firma de contratos, sino la debilidad de sus sistemas administrativos.
Una investigación de este Diario encontró que el contrato con Algalite no es el único problema en la compañía. La sospecha de sobreprecios, concursos dudosos y adquisiciones innecesarias recaen sobre cerca de 500 contratos firmados durante la gestión de su ex presidente, Esteban Arellano, y el directorio de entonces.
Arededor de 500 contratos firmados durante la gestión del ex presidente ejecutivo de Andinatel, Juan Esteban Arellano, entre el 6 de enero del 2006 y el 24 de enero de este año, están bajo la lupa de la Comisión de Fiscalización del Congreso y la Contraloría. La sospecha: sobreprecios, adjudicaciones dudosas y adquisiciones innecesarias.
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El caso de la empresa Algalite, que obtuvo un contrato para la reventa de los servicios de la telefónica y que ha sido calificado por la actual administración como “un atraco”, es solo uno.
En el periodo de Arellano, 19 empresas lograron contratos por unos $ 36 millones. Ese monto equivale al 51,27% del total de las adjudicaciones que tienen un monto fijo y que ascienden a 312. El 43% de los contratos se concretó entre octubre y diciembre pasados, y solo en diciembre se firmaron 99.
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Arellano afirma que al asumir el cargo había 35 proveedores y que cuando salió llegaron a participar 250. “Con eso queda claro que no hubo favoritismo”.
Pero en el último semestre del 2006, Andinatel compró las aplicaciones ERP (programa para el manejo de procesos administrativos y financieros) y CRM (programa para mejorar el servicio a clientes).
La primera (ERP), que responde a una base de datos Oracle, costó $ 2,4 millones con la empresa Compuequip DOS, especializada en la venta de equipos. La compañía fue seleccionada directamente, tras declararse una emergencia.
La segunda aplicación (CRM) funciona con una base Microsoft y fue adquirida a Next Step, por $ 2,4 millones.
El último reporte de la telefónica muestra que ya se ha pagado $ 1,4 millones a Compuequip DOS y $ 990.760 a Next Step.
Los dos sistemas, sin embargo, no pueden complementarse por estar instalados sobre plataformas diferentes (Oracle y Microsoft). Carlos Montenegro, jefe del Departamento de Informática de la Politécnica Nacional, señala que “para comunicar estos dos sistemas se necesita una aplicación específica; se la podría llamar un ‘parche’. Por la trascendencia de los sistemas hubiese sido mejor todo en una sola tecnología”.
La implementación del sitio en internet (www.andinatel.com), por Tradesoft, también está entre los casos investigados por la nueva administración. Costó $ 219.800.
“No es una página web; es un portal interactivo de negocios para interactuar en línea con los clientes”, sostuvo Arellano en un diálogo con EL UNIVERSO.
Para Montenegro esa afirmación es exagerada, dice que “se trata de una página web informativa y de consulta, que no debería costar más de $ 50.000”.
Incluso, se viola la Ley de Transparencia, pues el usuario no puede acceder a datos que por ley deben ser públicos.
Otros proyectos pudieron costar menos. Compuec vendió, por $ 3,1 millones, hardware y software para llevar la información de las centrales telefónicas al sistema de facturación, cuando –de acuerdo con uno de los miembros del directorio actual– “eso pudieron hacerlo los funcionarios de aquí adentro”.
Algo parecido sucedió con uno de los contratos de Celectro para la implantación de hardware y software de control de ingresos, a un costo de $ 3,7 millones, añadió. En febrero último, Siemens planteó a Andinatel un sistema de iguales características, pero sin costo fijo.
Por la compra de cable multipar, en la que Andinatel aprobó la oferta de Venyrep (por $ 1,3 millones), el actual presidente ejecutivo, César Cisneros, habla de un sobreprecio del 43%.
La extensión por un año de la asesoría de la agencia de publicidad Rivas & Herrera (que costó $ 5,2 millones) también está en análisis, pues no hubo concurso. Arellano dice: “Si hacía un concurso me demoraba de tres a cuatro meses y (si esperaba a) que esa nueva agencia entienda nuestro concepto y empiece a trabajar, se me iba el año...”.
Insiste en que es víctima de una persecución política de los sindicalistas a los que despidió en febrero del 2006, y que no le han podido probar nada.
Juan Esteban Arellano:
FUNCIÓN: Presidente ejecutivo de Andinatel entre enero del 2006 y enero del 2007.
Ingresó en octubre del 2005 como vicepresidente de Nuevos Productos y Servicios.
Es cuestionado por firmar el 43% de los contratos del 2006 en el último trimestre y seguir haciéndolo en el 2007 pese a la prohibición del Fondo de Solidaridad.
Podía firmar contratos hasta por $ 99.000 sin la autorización del directorio.