El 28 de enero, en la carretera Guayaquil-Salinas, con sorpresa vi una gran cantidad de anuncios publicitarios, lo cual considero es perjudicial para las personas que viajamos hacia los balnearios.
Me llamó la atención las gigantografías. Eso a los conductores les causa distracción y puede llegar a ocasionar accidentes. No estoy en contra de la publicidad, sin embargo, pienso que debe ser más moderada. Hay países que tienen leyes que regulan la contaminación visual, no permitiendo anuncios publicitarios que puedan ocasionar accidentes. Por favor, evitemos consecuencias mayores que terminen con la vida de las personas.
Rosa de Bravo,
Guayaquil