El ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras continuó testificando el miércoles en el macrojuicio por los ataques del 11 de marzo del 2004 en Madrid, un día después de negar haber suministrado los explosivos con los que se volaron los trenes en la capital española.
Trashorras dijo este miércoles, en respuesta a los abogados de las acusaciones particulares, que nunca traficó con explosivos y que su cuñado, Antonio Toro, le implicó en el suministro de los mismos porque tuvieron "un problema".
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El ex minero se refería a la "Operación Pipol", por la que el mes pasado fue condenado junto a su cuñado a 10 años y a 11 años y seis meses de prisión, respectivamente, por delitos de tenencia y tráfico de explosivos y de drogas.
La operación se desarrolló en Asturias en julio del 2001 y supuso la detención de 21 personas y la confiscación de casi 90 kilos de hachís, alrededor de un kilo de cocaína, 16 cartuchos de dinamita Goma 2 y 94 detonadores industriales.
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Suárez Trashorras aseguró ayer, durante una tensa jornada en la que se destacaron las contradicciones entre su versión y la del marroquí Rafá Zouhier, que los contactos que mantuvo con Jamal Ahmidan "El Chino", uno de los suicidas del departamento de Leganés, fueron para traficar con hachís.
Zouhier, confidente de la Guardia Civil y acusado de intermediar para que la célula islamista consiguiera los explosivos para el atentado, dijo que "todo el mundo sabía" que Trashorras ofrecía dinamita y que avisó de ello a sus contactos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la que era confidente.
En cambio, Trashorras, confidente de un comisario de la policía de la ciudad asturiana de Avilés, señaló que fue Zouhier el que se puso en contacto con él preguntándole cómo podía obtener explosivos.
Ambos se conocieron a través de Toro, que es otro de los 29 procesados, y conoció a Zouhier en la cárcel asturiana de Villabona.
El marroquí dijo que Trashorras le entregó unas muestras de explosivo y un detonador en el 2003 y que informó de todo a la UCO, una unidad dedicada a la lucha contra los grandes delitos.
El ex minero lo negó, aseguró que él no tuvo acceso a los explosivos cuando trabajó en Mina Conchita, y que sus contactos con "El Chino" fueron sólo para traficar con hachís.
Según su versión, eso también ocurrió en dos encuentros que hubo en un restaurante de comida rápida en Madrid en los que estuvieron "El Chino", que habría planificado los atentados, y Zouhier.