Desde hace tiempo los políticos nos vendieron la idea de que el problema de todo en el Ecuador es nuestra Constitución Política; que los organismos de control hay que despolitizarlos, y como no funcionan hay que crear otros, incluso veedurías ciudadanas, y si estas no funcionan, poner veedurías internacionales, y que la única solución es la Asamblea Constituyente.
Cuando se dio el golpe de Estado al coronel Lucio Gutiérrez, fue el mejor momento para hacer la Constituyente, pues se rompió el Estado de Derecho al declararse cesante el cargo de Presidente por abandono, ante eso, el doctor Alfredo Palacio dijo una gran verdad: “hay que refundar al país”; pero se dejó pasar la oportunidad. Si nada hubiera cambiado, fantástico, vamos a la Constituyente; pero la realidad es otra, existen nuevos diputados elegidos legítimamente por votación popular, como fue electo también el actual Mandatario.
Ahora querían dar escarmiento a los nuevos diputados que nada tienen que ver con el anterior Congreso Nacional, sin plantearles las reformas constitucionales y buscando un estatuto para que en la Asamblea Constituyente lleguen “arcángeles”. Cualquier persona que llegue a un puesto de autoridad pública por nombramiento o elección popular, debe hacerlo con total imparcialidad; se deben interpretar las leyes en su verdadero espíritu sin favorecer a nadie, sino lo que verdaderamente es justo. Los ciudadanos queremos cambios verdaderos, y si nos convocan a votar, elegimos y no nos respetan. Por favor, respétennos y respétense a sí mismos.
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Nehru Velasteguí,
doctor, Quito
Es una infamia que el dinero que se podría usar para cubrir mil necesidades, como pagar mejores sueldos a médicos, policías, maestros, sea para una Asamblea Constituyente que le permita a Correa usurpar los derechos y bienes del pueblo.
Muchos nos han venido advirtiendo el peligro de la Constituyente. Se acabará con la democracia utilizándose como herramienta la convocatoria a una Asamblea Constituyente. No podemos permitir que mediante la Constituyente, al Ecuador y los ecuatorianos se nos ponga al servicio de Chávez, del marxismo. ¿Cómo podemos defendernos de la manipulación, la opresión y la miseria comunistas? ¡Quienes estamos fuera ya no tenemos un país libre para regresar! No es justo que el pobre pueblo ecuatoriano pague tan cara su ignorancia y desinformación.
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Antonio Sosa,
inmigrante, Hollywood, Florida, EE.UU.