En la jornada inaugural del viernes, más de 28.000 personas casi llenaron el Sambódromo de Anhembi, viendo el ingreso de la escola (escuela) Imperador do Ipiranga con un volcán de papel picado, serpentinas y dulces.
Bajo miles de litros de cerveza, el carnaval paulista busca mejorar su despliegue y 'robarle' algo de atención al de Rio de Janeiro, que tiene lugar domingo y lunes y monopoliza la atención interna y externa, pese a que otros como el de Salvador de Bahía (nordeste) ya están consolidados.
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Así, crece el patrocinio privado en este certamen con el apoyo de la gigantesca cervecera Ambev.
El comienzo estuvo marcado por graves problemas de tránsito que por momentos complicaron el despliegue alrededor del Sambódromo local, en una metrópoli de unas 11 millones de personas.
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Unos 1.200 policías militares fueron desplegados en el Sambódromo para evitar incidentes durante dos días de desfiles de 14 escolas, proporcionando seguridad a los espectadores, muchos de los cuales son turistas, que año a año crecen en número y ya hasta ganaron un 'camarote vip'.
Los turistas eran recibidos en el Aeropuerto Internacional con bailarinas y percusionistas de samba.
Se espera unos 27.000 extranjeros entre las casi 90.000 personas que asistirán durante tres días al Sambódromo. El hospedaje en hoteles paulistas está 50% más barato que en Río de Janeiro.
Además, las autoridades calculan un 'éxodo' de 1,7 millones de carros durante el feriado.
Pero el Carnaval paulista, con un orden y presentación más aprimorado que su hermano de Rio, aunque con menos 'sangre' o vibración, también presenta innovaciones que buscan competir con la festividad carioca.
Los organizadores del carnaval paulista lanzaron una acción inédita en Brasil: para compensar la emisión de gas carbono (CO2) que contribuyen al calentamiento global, se programó la plantación entre marzo y abril de 1.200 árboles nativos de mata atlántica.
"En el calor del carnaval estamos combatiendo el calentamiento global. Plante árboles ud. también", decía una bandera de 100m. Se estima que durante los festejos carnavaleros se emitirían unas 675 toneladas de gas carbono.
Este reforestamiento surgió a partir de un acuerdo entre la Fundación SOS Mata Atlántica y la Sao Paulo Turismo (SPTuris), responsable de organización del evento, el cual procura recuperar la floresta en la región de Mogi das Cruzes, donde hay ríos y reservas naturales.
El desfile presentó además 'alegorías' o carros de fantasía con proporciones inéditas, como el caso de la Imperio de Casa Verde, con unos 55 metros de largo, 11 de ancho y 15 de altura, que precisó despliegue especial para ingresar al Sambódromo junto a más de 3.000 integrantes.
El año pasado la Imperio de Casa Verde ganó el bicampeonato tras un desempate con la Vai-Vai, rindiendo honor al ganado vacuno.
Sao Paulo también apuesta al brillo, retomando el estilo antiguo con más lujo en los carruajes y las alas de las diferentes escolas. Por ejemplo, los trajes del grupo de apertura de Imperio rondaban los 20.000 reales (9.569 dólares al cambio) por unidad.
No faltaron 'gatas' (beldades femeninas) en las presentaciones, como el caso de la ex bailarina del conjunto popular E o Tchan, Sheilla Mello, que encabezó un grupo de 240 percusionistas.
Los desfiles continuaban en la noche del sábado y las perspectivas son de un ascenso progresivo para el carnaval de la mayor urbe brasileña.