El ají o pimiento picante tiene origen ecuatoriano según descubrió un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Calgary, en Canadá, y de la Universidad de Missouri en EE.UU., que publicó su trabajo en la revista Science.

Según este estudio, los rastros más antiguos de ají fueron hallados en Loma Alta y Real Alto, península de Santa Elena, y tienen una edad aproximada de 6.100 años, mientras que los encontrados en otras zonas del continente tienen entre 5.600 y 500 años.

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Los habitantes de esta región utilizaron los pimientos picantes para uso doméstico hace incluso más de 6.100 años, pero no existen datos precisos que permitan determinar cuándo esta especia entró a formar parte de su dieta.

Luego el pimiento picante fue llevado a Europa.

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El rastreo de este famoso condimento, que tiene una gran cantidad de variaciones, especialmente en México, se llevó a cabo a partir de microfósiles de almidón recuperados, piedras, sedimentos y recipientes de cerámica para cocinar.

Los hallazgos, que se divulgan en un artículo de la revista Science publicado ayer, revelan que las variedades comunes de pimientos picantes, de la especie Capsicum, se usaban profusamente desde las Bahamas hasta el sur de Perú.

Pero según el estudio, Ecuador es el lugar más antiguo el que se hallaron granos de almidón de pimientos picantes, de entre siete sitios donde se encontraron rastros de este alimento en América.