Y si su pasado es un indicador, el volante tendrá la pelota bastante en sus pies y entonces habrá que ver su reacción ante los dictados de su cabeza.

Aunque nadie confirmó su presencia, Boca no va a cometer el pecado de ingenuidad de posponer el lucimiento de una joya que costó 2 millones de dólares para menos de cinco meses que dura su contrato.

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La calidad de Riquelme no se discute. A sus 28 años, con sus piernas sanas y su físico entero no da síntomas de decadencia.

Pero no todas serán flores para Riquelme, uno de los pocos 10, volantes armadores talentos que quedan en el mundo del fútbol, donde ese puesto va camino a la extinción.

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Tiene tantas cualidades como defectos. A veces juega parado, le da lo mismo tener el balón como perderlo y se mueve en la cancha a paso cansino, apático, como si buscara la sombra para protegerse del sol.

Y aunque en general Riquelme es una persona querida, habrá hinchadas rencorosas que le harán sentir el rigor verbal, ya que lo tienen como símbolo de la frustración de Argentina por la eliminación en los cuartos de final de Alemania 2006.