Como universitario de la zona del suroeste de la ciudad, me toca transportarme todos los días a primera hora de la mañana a mi sitio de estudios, la Espol, situación que cada vez se vuelve más compleja.
En primer lugar la saturación absoluta de todas las líneas que pasan por la calle Portete, y luego por vigilantes que madrugan a hacerse el billete con coimas a los transportistas que lleven así sea un pasajero de pie.
Es necesario reglamentar mejor la situación, pues los transportistas se ven en la obligación de no llevar pasajeros de pie y en consecuencia centenares de ciudadanos llegan tarde a sus destinos en la mañana.
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Si el Alcalde, la Comisión de Tránsito, el Congreso, supieran el caos que se forma en la ciudad por la falta de transporte a esa hora, hicieran algo.
Danny Ordóñez Sacoto,
Guayaquil
La intervención decidida en la Comisión de Tránsito del Guayas para terminar con su corrupción existente no puede esperar ni un minuto más. Los medios de comunicación no pueden eludir su responsabilidad de contribuir a que esto suceda; así se garantizaría la continuidad de una entidad cuya respetabilidad hoy solo merece indignación de los ciudadanos.
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Acudí a los patios de la CTG a matricular mis vehículos para el año 2007. No lo pude hacer sin antes cancelar “multas” por “estacionar en lugar prohibido”. Sin embargo, yo jamás he recibido una citación, ni siquiera una advertencia. Esto es un vulgar atraco de una institución a todas luces inescrupulosa. Su defensa se argumenta con “copias” de las supuestas infracciones, sobre las cuales introdujeron “datos” en el sistema computarizado, mas el perjudicado indefenso debe terminar aceptándolas porque no tiene cómo probar lo contrario.
Invito a diario a todos los medios de comunicación colectiva a seguir la pista de sorprendidos usuarios “multados” en el momento de matricular sus vehículos; y solicito a la Comisión de Tránsito que mensualmente informe públicamente cuántos dólares ha recaudado y qué está haciendo con todo ese dinero.
Jorge A. Gallardo Moscoso,
Guayaquil
Realmente dan vergüenza las calles de Guayaquil, es una ciudad sin ley. Me refiero a las noticias que uno lee sobre el tráfico y la conducción temeraria del mismo. ¡Cuántos accidentes, atropellos y muertes hay y nadie hace nada!
¡Cuántos buses hacen carreras para coger pasajeros y ponen a estos en peligro! La Comisión de Tránsito con la ayuda del Gobierno debe hacer algo urgente para corregir la situación. ¡Basta ya! Deben hacer campañas para despertar la conciencia de la gente para que respete las señales de tránsito y respete la vida. Deben hacerse paradas de buses y que haya un número limitado de líneas, que estas tengan turnos y los respeten; así pararía toda esa carrera de transportes urbanos en busca de pasajeros, y evitaríamos más incidentes. Dios quiera que las autoridades tomen conciencia y hagan algo por el bienestar de todos, y también por el turismo.
Valeria Arévalo Zúñiga,
Barcelona-España
Se puede comprobar cómo la CTG provoca accidentes por las disposiciones erróneas. En la calle Washington del Barrio del Seguro, que es la continuación de Guaranda, los vehículos grandes como son los de las líneas 9 y 3 y toda la clase de automotores circulan muchos más de 60 km y no hay ningún control de velocidad a pesar de todas las comunicaciones que he enviado a la CTG.
Hacen falta tres policías acostados, ya que los despiertos nunca llegan. Le recuerdo a la CTG que es importante preparar personal para efectuar las revisiones de vehículos, con conocimientos técnicos para no oír la ridícula frase de “se les fueron los frenos” y saber también cuál es el límite de desgaste de un neumático usado. Es tiempo de arreglar las leyes para castigar a las autoridades responsables de tantos crímenes.
Óscar Roldán Macías,
Guayaquil