Con la designación de Mario Morán como comandante de la Policía, los generales Wilmon Padilla y Rodrigo Heredia quedan fuera de la institución.
El general Mario Morán asumió ayer la Comandancia General de la Policía, agradeció por ese nombramiento, pero también amenazó con presentar su renuncia inmediata si el nuevo Gobierno irrespeta la antigüedad de sus colegas a quienes también les correspondería ser parte de la cúpula.
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Específicamente es el caso del general Enrique Amores, quien debería ser designado jefe de Estado Mayor.
Pero fuentes gubernamentales descartaron ayer ese nombre y hablan ya del general Paco Terán para ocupar ese cargo.
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Con la dimisión del general Morán se deberá escoger a un nuevo comandante entre una lista de candidatos integrada por Enrique Amores, Paco Terán y Rodrigo Cartagena.
Pese a que ayer fue nombrado el nuevo comandante de la Policía, general Mario Morán, el proceso de depuración de la cúpula de esa institución no termina.
La designación de Morán se produjo tras la dimisión del general Carlos Calahorrano, y se dio con base en la terna que desde la Policía se envió al ministro de Gobierno, Gustavo Larrea. Esa lista estaba formada también por los generales Wilmon Padilla y Rodrigo Heredia. En ella, Morán ocupaba la última antigüedad y con su nombramiento los otros dos oficiales quedaron fuera de la Policía, de acuerdo con lo que establece la reglamentación interna.
En sus primeras declaraciones, Morán señaló que su designación lo deja satisfecho más que por un aspecto personal “porque con ella se ha respetado la institucionalidad de la Policía”.
Esto en referencia al pedido que la semana pasada formuló el ministro Larrea a nueve generales de la institución para que presenten su solicitud de disponibilidad voluntaria y así dar paso a la reestructuración del mando policial.
Al no ser acatado ese pedido, Calahorrano renunció y con ello dejó la puerta abierta para que el Gobierno designe una nueva cúpula.
No obstante de su designación, Morán está consciente de que su nuevo cargo podría ser temporal pues precisamente él fue uno de los oficiales a los que se les pidió que presenten su disponibilidad.
De ahí que afirmó que si el Gobierno no respeta la línea de mando y no nombra al general más antiguo después de él (Amores) como jefe de Estado Mayor de la Policía, entonces pondrá su cargo a disponibilidad del presidente Rafael Correa.
Anoche circuló la versión de que Morán presentó su renuncia; sin embargo, oficiales cercanos a él confirmaron que primero esperará la notificación de su designación como comandante de la Policía y allí tomará la decisión de si se queda o se va.
De acuerdo con lo que informaron fuentes gubernamentales, la designación de Amores estaría casi descartada por lo que el siguiente paso sería aceptar la disponibilidad de Morán y volver a escoger a un nuevo comandante policial.
Se conoce que en el cargo el Gobierno designaría al general Paco Terán, no obstante también se prevé que en el cargo de comandante de la Policía se nombre momentáneamente al oficial con menor antigüedad: Bolívar Cisneros.
El ministro Larrea confirmó ayer a este Diario que el mecanismo de las ternas es el que aplicará el presidente hasta que logre conformar un mando policial “que no tenga cuestionamientos” y que responda a los retos actuales de la institución, que se especializará en frontera, seguridad y tránsito.
El funcionario ratificó que la comisión especial de modernización de la Policía estará presidida por Calahorrano de quien dijo “es un oficial profesional, serio que no tiene cuestionamientos”.
La comisión además estará integrada por otros ex comandantes de la Policía y también por oficiales jóvenes de la institución. La idea es contar con una instancia que goce de prestigio interno y que impulse el plan de modernización que fue formulado por la propia Policía, indicó Larrea.