Por esa denuncia, el embajador de los Estados Unidos en el Ecuador, Leslie Alexander, incluso refirió un posible retiro de la visa estadounidense a Cucalón, lo que él desmintió.

Lo primero que había hecho al asumir sus funciones como fiscal fue enviar una excitativa a los jueces solicitando la prisión preventiva del contralor de entonces, Jaime Espinosa, a quien acusó de realizar una auditoría irregular a los fondos reservados en la presidencia de Abdalá Bucaram.

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Además de ser fiscal general, también fue intendente de Policía en la administración de Clemente Yerovi y conjuez de la Corte Superior de Justicia en Guayaquil. Ahí hasta hace poco se desenvolvió como ministro juez de la 3ª Sala de lo Penal y, en abril del año pasado, con Alfredo Tapia Égüez y Miguel Félix López, declararon la nulidad del proceso en el juicio por violación contra Henry Carrascal, quien recuperó su libertad y hoy es diputado de Sociedad Patriótica.

Aunque ha estado más involucrado con la empresa privada como asesor y no ha sido directamente vinculado con algún partido político, ha dicho que tiene ciertas simpatías por el PSC y  un gran concepto de Osvaldo Hurtado, ex presidente  de la anterior DP, hoy UDC. También ha indicado que de joven salía a lanzar piedras con Francisco Huerta.

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Cucalón ha reconocido que en 1979 respaldó la candidatura a la presidencia de Sixto Durán-Ballén y que en 1984 apoyó a León Febres-Cordero (PSC). Después, en 1996, hizo lo mismo por el hoy alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.

Pero en 1984, con el apoyo de la Izquierda Democrática, ingresó a la Función Judicial como conjuez, con el respaldo –según él– de Osvaldo Molestina Zavala y Jorge Wright.

La designación de Cucalón como fiscal general tuvo su primer rechazo ayer en Quito, donde los empleados del Ministerio Fiscal de Pichincha se tomaron las oficinas.

El fiscal invitó a los paralizados a impugnar su nombramiento a través de los cánones legales. Cuando se le preguntó si el presidente Rafael Correa aceptaba su nominación, dijo: “Mientras yo aquí haga las cosas en orden, dentro de la Ley, con diafanidad, con honradez, ¿qué voy a temer?”.