Acabo de visitar Atacames y de comprobar, con mucho pesar, que en su playa los puestos de venta de bebidas y minidiscotecas frente al mar exhiben la basura acumulada del día en sus frentes, y existe un olor nauseabundo en el malecón que se desprende de esa acumulación de desechos en cada esquina.
Si a eso se le suma la presencia de vendedores ambulantes de comidas y otros productos, y los borrachitos tirados en las veredas, dan a esta playa un aspecto deplorable, como lo es también la entrada a la misma, ya que el puente de acceso principal que se cayó hace tiempo aún no se ha reparado, y la visión que se deja al turista es realmente muy amarga.
Cuando visité Atacames, sobre todo el domingo por la noche, no era más que un lugar de peleas y de expendio de licor. Espero que las autoridades de turismo consideren hacer una revisión del estado actual de la playa.
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Yajanua Patiño Torres
Quito