Investigadores hallaron restos del proyectil en los servicios donde estalló, en la tercera planta del edificio, sin causar daños significativos.
El cohete fue disparado desde un terreno frente a la Embajada y el atentado hace temer un resurgimiento del terrorismo de extrema izquierda en Grecia, a pesar del desmantelamiento de los grupos históricos, entre ellos el 17 de Noviembre (17N).
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El ataque, que no causó heridos y provocó daños materiales menores, se suma a una amplia lista de atentados contra ciudadanos o intereses estadounidenses desde que en 1975 fue asesinado el jefe de la CIA en la capital griega, Richard Welch.
El ministro griego de Orden Público, Vyron Polydoras, señaló que un desconocido reivindicó el ataque en nombre del grupo griego Lucha Revolucionaria (cuyas siglas en griego son EA), algo que se tomó muy en serio la policía.
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Lamentó una “tentativa de resucitar el terrorismo” histórico que afectó al país hasta desmantelar al 17N.