Dos osos pardos de los Himalaya, un pardo caucasiano, dos osos de Kamchatka y un oso negro americano, del parque zoológico de Rostov, del Don, en el sur de Rusia, cayeron el jueves pasado en hibernación tras meses de insomnio provocado por las anómalas altas temperaturas invernales.
En Rusia los osos comienzan su hibernación en noviembre, con los primeros fríos, pero el inusual calor ha alterado el reloj biológico de animales y plantas. Es el invierno más cálido desde 1879, con 10 grados centígrados más que los habituales.
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En Róstov del Don hay 7 y 8 grados, normales para la primavera pero no en invierno.
Pavos reales de un zoológico búlgaro han puesto huevos, lo que normalmente hacen en primavera, melocotoneros y ciruelos florecieron antes, con el peligro de que luego se hielen, y plagas como los mosquitos sobreviven al frío, despertando el temor de que se registren más casos de malaria.
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La administración del zoo teme que si se mantienen las altas temperaturas, los osos despierten muy pronto de su letargo ya que si no caen en hibernación o ven interrumpido su sueño invernal, se tornan muy agresivos.
Se cree que el calor se debe al calentamiento global, el efecto invernadero de quemar combustibles fósiles y el fenómeno El Niño en el Pacífico.