Alemania, que presidirá el G8 en 2007, se propone promover una globalización menos salvaje, con una mayor transparencia de las  transacciones financieras, la lucha contra el recalentamiento de la Tierra y una recompensa para los países de África que apoyen la democracia.
   
La canciller alemana, Angela Merkel, recibirá en junio en Heiligendamm  (este), a orillas del Mar Báltico, a los gobernantes de los miembros del club de países más industrializados (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia e Italia), ampliado con Rusia.
  
Como es habitual, Alemania se ha fijado objetivos ambiciosos.
  
En el programa figura nada menos que "la prosperidad en el mundo", anunció Bernd Pfaffenbach, consejero de la Canciller para la preparación de cumbres internacionales.
  
"Se trata de identificar los desequilibrios y lo que podemos hacer para alcanzar un crecimiento más equilibrado en el mundo", afirmó.
  
La identificación de los desequilibrios deberá resultar facil: el déficit  comercial y presupuestario de Estados Unidos, las reservas de divisas de China, las tasas de cambio y los atrasos de África vuelven a estar sobre el tapete.
  
Merkel desea institucionalizar una asociación privilegiada entre el G8 y los países africanos que luchen contra la corrupción y se comprometan a fortalecer la democracia.
  
Los mercados financieros y sus avatares es otro punto en el cual la  Presidencia alemana aspira a lograr una "mayor transparencia" y un "marco político" a los fondos de inversión especulativos.
  
Estos "hedge funds" son considerados por Alemania, y cada vez más por los demás miembros del G8, como factores de desestabilización del sistema financiero que conviene delimitar.
  
El clima y la energía, un tercer capítulo de la presidencia alemana del G8, que prevé la promoción de un uso más racional de la energía, así como la promoción de su ahorro.
  
Alemania desea asimismo iniciar la discusión sobre el tratado que  reemplazará en 2012 al Protocolo de Kyoto sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, e incluir en la problemática a los países invitados al G8 que sin embargo no pertenecen al club (Brasil, México, China, India, Sudáfrica).
  
Otro de los asuntos a tratar será asimismo el de las negociaciones de la ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que siguen estancadas.
  
Pero más allá de declaraciones generales sobre la necesidad de que avancen las cosas, Berlín se cuida mucho de comprometerse en este espinoso asunto.
  
La reunión tendrá lugar en un hotel a orillas del Mar Báltico, en la región de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, y estará signada sin ninguna duda por los temas que sean de palpitante actualidad en junio de 2007, como lo fueron los atentados terroristas de Londres en 2005 en la cumbre de Gleneagles (Reino Unido), y la guerra de Líbano en 2006 en la cumbre de San Petersburgo (Rusia).