La presidenta chilena, Michelle Bachelet, llamó hoy a la unidad del país tras la muerte el domingo del ex dictador Augusto Pinochet y defendió su decisión de no decretar duelo oficial y honores de Estado al militar.

Durante un acto de reforma a la educación en la casa presidencial de La Moneda, Bachelet recordó que miles de partidarios y detractores de Pinochet salieron a las calles tras la muerte del ex dictador, a los 91 años, debido a una falla cardíaca múltiple.

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"En las últimas horas hemos visto gestos de división que no me gustan (...) pero sé que tenemos como país, como sociedad la fortaleza ética para lograr el reencuentro", dijo Bachelet.

"La unidad de Chile, reconciliación de Chile, es el gran honor al que podemos aspirar porque queremos mayor justicia, mayor diálogo y un verdadero reencuentro entre nosotros", agregó.

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Bajo la dictadura de Pinochet, entre 1973 y 1990, unas 3.000 personas murieron o fueron "desaparecidas", mientras que otras 28.000 sufrieron torturas, incluida la propia Bachelet y su madre, Angela Jeria.

Sin honores como ex jefe de Estado, centenares de partidarios de Pinochet velaban el lunes sus restos en la Escuela Militar. Al funeral, el martes, asistirá en representación del gobierno la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot.

"Cuando no existen leyes o normas previstas para determinadas situaciones, los líderes, los gobernantes tienen que tomar decisiones pensando en todo el país", dijo Bachelet aludiendo a las razones para no decretar duelo oficial.

Por su parte, El ministro del Interior (de Gobierno), Belisario Velasco, precisó que Pinochet no merecía un funeral de Estado porque fue "un clásico dictador de derecha, que violó gravemente los derechos humanos y que se enriqueció".

Pese a que Pinochet enfrentaba varios procesos judiciales en su contra por violaciones a los derechos humanos y cuentas secretas por al menos 27 millones de dólares, siempre se libró de llegar a un juicio final aduciendo razones de salud y demencia senil.