La Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF, por su sigla en inglés), con hasta 25.000 soldados, está diseñada para ser enviada con pocos días de aviso a puntos de conflicto alrededor del mundo, y es la insignia de los esfuerzos para forjar un rol de seguridad para la alianza militar en la pos Guerra Fría.

"Juega una parte vital en la respuesta de la alianza a crisis que emergen con rapidez", expresaron líderes de la OTAN en un comunicado conjunto sobre la fuerza, que se había previsto que estuviera lista para ser declarada el mes pasado.

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Fuentes militares dijeron que aparte de Estados Unidos y Turquía, Francia, España y Alemania también ofrecieron tropas o equipamiento necesario para la NRF.

El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, indicó que los aliados además habían acordado financiar conjuntamente el costoso transporte aéreo que precisan las tropas y el equipamiento en las misiones de la NRF.

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La NRF ya ayudó en operaciones humanitarias en Pakistán y este año condujo ejercicios en la Isla de Cabo Verde, en el Océano Atlántico, en donde simuló una misión para sofocar un conflicto étnico de grandes proporciones.