La Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF, por su sigla en inglés), con hasta 25.000 soldados, está diseñada para ser enviada con pocos días de aviso a puntos de conflicto alrededor del mundo, y es la insignia de los esfuerzos para forjar un rol de seguridad para la alianza militar en la pos Guerra Fría.