En su informe anual, el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC, por sus siglas en inglés), con sede en Viena, expresó que los líderes políticos del bloque de 25 estados necesitan dar mayor prioridad a la vigilancia de las tensiones raciales dentro de sus fronteras.

"La mayoría de los estados miembro aún carecen de los datos necesarios para supervisar cómo afectan sus políticas sociales y económicas a las comunidades étnicas", dijo en un comunicado la directora del EUMC, Beate Winkler.

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"Estas brechas de información resultan en una continua discriminación en áreas clave que permanecen inadvertidas. Como resultado, algunos grupos étnicos minoritarios experimentan la discriminación sin una adecuada respuesta del estado", agregó Winkler.

El informe encontró que solo dos países de la UE -Gran Bretaña y Finlandia- tienen sistemas exhaustivos para la recolección de datos sobre violencia y crímenes racistas. En el resto, indicó, el grado del problema es difícil de calcular.

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"Sería inconcebible que estados miembro no recolecten estadísticas relevantes para informar a las autoridades fiscales o económicas, y debe hacerse lo mismo con las políticas para combatir el racismo y la xenofobia", dijo Winkler.

El informe explicó que Grecia, España, Italia, Chipre y Malta no tuvieron datos oficiales sobre violencia y crímenes racistas durante el período 2004-2005.

Asimismo, indicó que grupos no gubernamentales habían informado que los que buscan asilo, refugiados e inmigrantes son víctimas de la violencia racista y a veces sufren el abuso de autoridades públicas.

Se citó a la minoría gitana como particularmente vulnerable a la violencia racista, incluso a manos de oficiales de la policía.

Continúa segregación
Los judíos también continúan experimentando incidentes antisemíticos, pero estos tienden a estar bien documentados, dijo EUMC, que destacó que algunos grupos no gubernamentales también registraron en ciertos países un creciente número de ataques físicos a musulmanes.

El informe apuntó a serias discriminaciones en los mercados laboral y de vivienda, y señaló que en muchas partes de la UE la segregación parcial o total de las minorías en las escuelas seguía siendo común.

De acuerdo al informe, los ataques suicidas de musulmanes británicos en julio del 2005 y los disturbios urbanos en Francia ese mismo año resaltaron los problemas de la exclusión y la discriminación.

Los atentados en Londres estimularon un aumento en los crímenes de "odio religioso", pero las fuertes posturas de líderes políticos y de la comunidad en condenar los ataques y defender los derechos de los musulmanes parecen haber reducido dichos incidentes, indicó el informe.