El reloj marcaba las 12:00 y algunos delegados de mesa de la parroquia Febres Cordero (suroeste) esperaban impacientes a sus familiares.
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En los recintos las tarrinas fueron las más esperadas
El reloj marcaba las 12:00 y algunos delegados de mesa de la parroquia Febres Cordero (suroeste) esperaban impacientes a sus familiares.
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