Poco antes de ser recibido en La Haya en audiencia por la reina Beatriz de Holanda, el presidente boliviano Evo Morales defendió este lunes su revolución "democrática" frente a una oposición de derecha "que no nos deja cambiar".
Ataviado con una chaqueta oscura de diseño andino, impoluta camisa blanca y, como es habitual, sin corbata, Morales relató sus 10 meses de gobierno ante centenares de estudiosos, estudiantes, profesores y parlamentarios, reunidos en el Instituto de Estudios Sociales de la capital holandesa.
El ex dirigente cocalero, que efectuó una corta visita a Holanda -su primera a este país como jefe de Estado-, reconoció de entrada: "Estoy más preparado para ser dirigente que para ser presidente".
"Nunca pasé por la universidad (...) He llegado (a la presidencia) gracias a la honestidad", afirmó ante un público mayoritariamente europeo, entregado, divertido y sorprendido ante ciertas afirmaciones del presidente boliviano.
"El pueblo sabe que los impuestos no van a ser 'farreados' en tragos", como ocurría en anteriores gobiernos, dijo Morales.
Como en una previa conferencia de prensa el lunes por la mañana, el rostro sonriente de Morales no denotaba aparente inquietud por la grave crisis política que sacude a su país, escenario de profundas diferencias entre el gobierno y la oposición derechista.
"Desde el primer día que llegué al gobierno (...) me estoy defendiendo frente a agresiones permanentes. Algunos hacen huelga de hambre, pero para defender sus privilegios", afirmó, en alusión, entre otros, a la acción del millonario ex candidato presidencial Samuel Doria Medina.
"No nos dejan cambiar", se quejó Morales, que arremetió contra los "latifundios improductivos" y abogó por "distribuir tierras".
Pero también defendió y justificó con ahínco su corto balance gubernamental: "estabilidad económica", fin de la corrupción "en licitaciones y adjudicaciones", buen nivel de las reservas internacionales (3.000 milones de dólares, según el presidente).
Sobre todo, justificó su nacionalización de los hidrocarburos con un par de frases que tuvieron notable efecto en el auditorio: "Bolivia necesita socios, no patrones ni dueños de sus recursos naturales", unos recursos que pertenecen "a los pueblos y no pueden ser privatizados, subastados ni vendidos".
Antes de ir al palacio real para ser recibido en audiencia por la reina Beatriz, y de reunirse con la princesa Máxima Zorreguieta -esposa de origen argentino del príncipe heredero de Holanda, Guillermo Alejandro-, Morales lamentó la imposición de visados en Europa a ciudadanos de varios países latinoamericanos, entre ellos Bolivia.
"En un mundo globalizado todos deberíamos ir sin visado", dijo, entre aplausos. Y contó: "cuando yo era dirigente cocalero, me rechazaban visado para ir a Estados Unidos. Ahora que soy presidente, cuando voy a la reunión de la ONU (en Nueva York) me dan visado... por cinco días".
Este fugaz viaje a Holanda forma parte de una gira internacional que llevará a Morales esta semana a Nigeria y Cuba.
El presidente tuvo que dividir en dos tramos su gira al carecer de la autorización del Congreso boliviano, obligatoria para viajes de más de cinco días.
En efecto, en el marco de la crisis política boliviana, la oposición de derecha se retiró a comienzos de semana del Senado, dejándolo sin quorum, por lo que era imposible conceder esa autorización.
Morales, que relató con humor esta situación ante un sorprendido auditorio, emprenderá viaje de regreso a Bolivia la misma noche del lunes, y de ahí volará a Nigeria para participar en la primera cumbre de líderes de Sudamérica y Africa