Litvinenko –un ex agente de la KGB y fuerte crítico del presidente ruso Vladimir Putin– falleció por un problema cardiaco, después de enfermarse repentinamente. Los médicos dijeron que fue envenenado con sustancias radiactivas.
En una declaración que firmó en su lecho de muerte, Litvinenko había acusado a Putin –al que describió como cruel y despiadado– por el envenenamiento.
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Putin dijo que la muerte es una tragedia y ha negado cualquier tipo de participación. Según él, las alegaciones son una provocación política de sus opositores.
El gobierno británico se ha tomado muy en serio el asunto, y por ello varios funcionarios de alto nivel se reunieron para analizar la muerte, dijo la oficina del gabinete.
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El embajador ruso Yury Fedotov fue citado el viernes pasado a la cancillería británica, que pidió la colaboración de Moscú en la investigación.
Litvinenko, de 43 años, le había manifestado a la policía que creía haber sido envenenado el 1 de noviembre pasado, mientras investigaba el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya y otros temas delicados para el gobierno de Putin.