El ex jugador hizo 83 goles en 84 veces que vistió la camiseta de Hungría.
El legendario jugador húngaro Ferenc Puskas, mito del fútbol y del Real Madrid en la década de los cincuenta y sesenta, conocido como Cañoncito pum, falleció ayer a los 79 años en Budapest.
Estrella de la selección húngara y del Real Madrid, Puskas, refugiado político, lo ganó todo salvo la Copa del Mundo, donde fracasó en la final de 1954 contra Alemania (3-2) jugando con “el equipo de oro” de los magiares mágicos tras un récord de 32 encuentros internacionales sin derrota.
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“En seis años no perdimos más que un partido, pero fue el más importante”, decía Puskas, que ganó el oro olímpico en 1952.
Autor de 83 goles en 84 partidos con Hungría, Puskas era un goleador de una eficacia endiablada, que, sin embargo, no contaba con el físico necesario: no era alto (1,74 m) y le sobraban algunos kilos.
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Dice la leyenda que los jugadores ingleses se burlaron de él en el calentamiento del partido Inglaterra-Hungría de 1943 diciendo: “Mira, el gordito. Nos los vamos a comer”.
El resultado, 90 minutos después: la primera derrota de Inglaterra en Wembley (6-3) al término de un encuentro que muchos han considerado desde entonces “el partido del siglo”, en el que Puskas firmó uno de los goles más bellos de la historia del fútbol.
En 1956, Puskas aprovechó un viaje al extranjero para huir del régimen comunista y su club militar, el Honved. Después de tomarse un año sabático por no tener licencia, fichó por el Real Madrid, en el que ya jugaban Alfredo Di Stéfano y Paco Gento, para formar un equipo mítico.
Ganó la Copa de Europa en 1959, 1960 (con cuatro goles al Eintracht Francfort, derrotado por 7-3) y en 1966, así como seis ligas españolas y la Copa de España. El zurdo delantero fue siete veces máximo goleador, tres en Hungría y cuatro en España.
Tras conseguir la nacionalidad española, participó en el Mundial de 1962 con su nueva selección, eliminada en la primera ronda.
Tras colgar las botas, se convirtió en entrenador, destacando sobre todo en el club griego Panathinaikos al que condujo a dos títulos nacionales y al vicecampeonato en la final de la Copa de Europa de 1970-71, que perdió contra el Ajax de Amsterdam de Arie Haan y Johan Cruyff.
En los setenta y ochenta, Puskas fue entrenador de casi una docena de equipos de todos los continentes. Entre los equipos que dirigió estaba el chileno Colo Colo, los paraguayos Cerro Porteño y Olimpia, el griego AEK de Atenas, el egipcio Al-Masri y el australiano Panhellenic Melbourne. Llegó a ser seleccionador húngaro en 1993.
Último homenaje
En agosto del 2005, el Real Madrid jugó en Budapest un partido benéfico para recaudar fondos contra su tratamiento de Alzheimer.
Necesitado en los últimos años de su vida, Puskas falleció después de ver, en el año 2002 coincidiendo con su 75 cumpleaños, el gran estadio de Budapest rebautizado en su honor.
REACCIONES
“El fútbol ha perdido a un gran señor, creo que el mejor futbolista del mundo, sentí una enorme tristeza cuando recibí la noticia de la muerte de Puskas”.
Eusebio
Ex jugador portugués
“Todo el mundo sabe que era un extraordinario jugador y mucho mejor como persona. Un fenómeno, un hombre muy generoso y dadivoso que tenía un agujero en la mano, pero la vida, amigo mío, tiene un final y cuando menos te lo esperas llega a la meta y se termina”.
Alfredo Di Stéfano
Ex jugador y directivo del Real Madrid
“Recuerdo con muchísimo cariño sus goles, fue cuatro veces máximo goleador. Los madridistas en general sentimos un gran vacío por la pérdida de uno de los ídolos de nuestra infancia”.
Ramón Calderón
Presidente del Real Madrid
“Ha sido un grande del fútbol. Cuando le llegaba el balón cerca de la portería o desde 20 metros siempre chutaba y normalmente era gol. Definía de forma impresionante con su zurda
Fabio Capello
Técnico del Real Madrid