La ONU pidió este martes a la comunidad internacional que congele de forma inmediata el uso de bombas de racimo, sin necesidad de esperar a la puesta en marcha de un instrumento legal efectivo que aborde los problemas humanitarios derivados de su empleo.

Así lo manifestó en un comunicado de prensa el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Jean Egeland, con motivo de la apertura de la tercera conferencia de los estados signatarios de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, que se celebra en Ginebra hasta el próximo 17 de noviembre.

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Egeland se congratuló además por la entrada en vigor el próximo 12 de noviembre del protocolo sobre los restos explosivos de guerra aprobado en noviembre de 2003, y reclamó su ratificación e implementación "para ayudar a la comunidad humanitaria con los desafíos ocasionados por las bombas de racimo tras el cese de las hostilidades".

Ese protocolo es el primer tratado internacional en el que se contemplan los problemas que plantean los artefactos abandonados y sin estallar y que obliga a las partes en un conflicto armado a retirar las municiones que no hayan explotado y a prestar la asistencia necesaria para su remoción.

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No obstante, el subsecretario recordó que a pesar de los progresos registrados en los últimos años ese armamento continúa utilizándose en la actualidad "con efectos devastadores".

"El Líbano es el último país que se enfrenta al legado de las municiones sin explotar y otros como Laos, Camboya y Vietnam continúan soportando la carga de ese armamento cerca de treinta años después del fin del conflicto, lo que impide el cultivo de la tierra y el desarrollo de infraestructuras", señaló.

Asimismo, agregó que "mientras no haya una prohibición efectiva, esas armas continuarán afectando de forma desproporcionada a los civiles y mutilando y matando a mujeres, niños y otros grupos vulnerables".

Por ello, solicitó a los estados reunidos en la conferencia que se comprometan a "congelar de forma inmediata el uso de bombas de racimo y a fortalecer el derecho humanitario internacional existente".